Cada uno en su sitio

Corría el año 1990 cuando se firmó en España la sentencia de muerte de la educación. Con la entrada en vigor de la LOGSE se ponía fin al sueño español de alcanzar la estela europea. Se introducía en nuestro país un sistema educativo torpe, benévolo en exceso y donde se podía divisar un intento a la desesperada de acelerar el proceso de modernización nacional.

Años más tarde, y con los frutos podridos de la LOGSE en el canasto, nos fuimos de Guatemala a guatepeor con el establecimiento de la LOE, la cual seguí una línea más errónea incluso – si se puede – que la de la propia LOGSE. La desesperación derivó en una cadena de decisiones incompetentes tomadas a la ligera como el poder pasar de curso con cuatro suspensos. Bajo mi punto de vista, aquí se cometió el mayor error. Supone un flaco favor a la educación esta extrema tolerancia hacia ciertos gandules. Me parece que a lo largo de la historia hemos aprendido la máxima de: a mayor dificultad, mayor aprendizaje.

El sistema educativo actual se basa en mostrar al alumno textos que no comprende porque no le han enseñado a leer correctamente para que memorice ingentes cantidades de fechas y nombres, los suelte en el examen y lo olvide todo a las dos semanas. Ya no se enseña a aprender que es lo primero a la hora de establecer una educación firme, competente y sin fisuras.

Todo esto viene a cuento de la brillante idea que se le ha ocurrido a Gabilondo, el ministro, de elevar la edad de la educación obligatoria a los dieciocho años.

Señor Gabilondo, yo soy andaluz, y como tal he asistido a clases de segundo de la ESO donde había repetidores de quince años perdiendo el tiempo y haciendo el ganso esperando a cumplir los dieciséis para salir de los colegio.

Juguemos un poco a las estadísticas. Este tipo de alumnos, los fracasos escolares, que en Andalucía rozan la peligrosa cifra del 30 %. La costumbre del fracasado escolar es repetir desde que llega al primer curso de la ESO, por lo tanto, por imperativo legal cursará cuarto de la ESO con dieciocho años. Para cuando llegue a este curso ya habrá tenido tiempo de molestar a sus compañeros de primero, segundo y tercero por partida doble interrumpiendo así el desarrollo de la clase y de los alumnos rectos.

Con esto quiero decir que ya basta de obligar a los no-estudiantes a asistir a clases donde lo único que pueden hacer es estancar todavía más la educación.

4 comentarios el “Cada uno en su sitio

  1. anveger dice:

    Totalmente de acuerdo, necesitamos otra educación, y no basta con modificar 4 cosas hay que hacer otra educación totalmente nueva y mejor.

  2. JoséyJota dice:

    Sí, totalmente de acuerdo. Pienso que el sistema «Bolonia» debería haber empezado por abajo, quitándonos las obligatorias del bachiller y pudiendo dedicar estos dos años a prepararnos para la universidad sin tener que recibir clases que ya no nos aportan nada nuevo.

    Por otro lado, yo creo que a los 14 años se debería dar la opción de dejar de estudiar para hacer una especie de ciclo formativo de 2 años pre grado medio, siendo obligatorio aprobarlo para poder trabajar. Así ganamos por partida doble: desaparece la figura del típico cani porculero de la fila de atrás (todos lo hemos sufrido, entorpeciéndonos) y, además, conseguimos que aprendan las bases de un oficio, sirviéndoles a la sociedad para algo más que para pagarles subsidios y rehabilitarlos con el dinero de todos debido a su irresponsabilidad.

    • anveger dice:

      Sí Jota, pero yo pienso que a los 14 años una persona no está en plenas condiciones de decidir lo que quiere hacer o si quiere estudiar o no. Yo lo dejaría en los 16 años

  3. […] la culpa de la mala educación la tenga el sistema educativo, tema que se trató en una entrada anterior añadida por […]

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