Vivo, a pesar de todo.

Cien años de Miguel Hernández.
Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.
Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.
No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!

Un comentario el “Vivo, a pesar de todo.

  1. Virgnia dice:

    Tristes guerras,
    si no es el amor la empresa.
    Tristes armas.
    si no son las palabras.
    Tristes hombres
    si no mueren de amores…

    M. Hernández.

    Un abrazo.

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