Desde que se aprobó la moderna Constitución de 1978 en España, han pasado 33 años sin actualización alguna de la misma. Mientras que, cara al texto más importante de nuestro país, no se ha producido ningún cambio; nuestra nación ha experimentado profundas transformaciones estructurales.
No se trata exclusivamente de tres décadas cualquiera, sino de mucho más: en aproximadamente treinta años, España ha pasado de una dictadura socialista, a una sociedad democrática y liberal. Este es el motivo fundamental que deja obsoleto el texto. La Constitución, que merece una actualización urgente, fue concebida tras la caída de una dictadura que duró cuarenta años*; es decir, fue creada con el principal objetivo de lograr una transición sin incidentes. Y logró su objetivo: la transición española fue ejemplar, en lo que a política se refiere, y, de hecho, se estudia en las facultades de sociología como un modelo a seguir.
Con esto, no digo que la Constitución no fuera prospectiva, sino que las circunstancias del momento obligaron a centrarse más en el espíritu de transición, tras cuarenta años de dictadura. Ahora, sin embargo, nos encontramos con más de treinta años de democracia con la misma Constitución, inalterada, que tras la caída del régimen franquista.
¿Por qué necesita reformarse?
En primer lugar, en consecuencia con lo anteriormente expuesto, el sistema electoral que se ideó en 1978, que en aquella época respondía a una necesidad, ahora es necesariamente prescindible. El esquema político que se diseñó fue el de favorecer sobremanera a los dos partidos mayoritarios, perjudicando, en consecuencia, a los partidos minoritarios. Además, se sobrevaloraron los votos de unos españoles con respecto a otros, dando lugar a que el voto, por ejemplo, de un catalán valiese ocho veces más que el de un andaluz. Por eso, además de reformar la Constitución, hay que modificar la Ley Electoral.
En segundo lugar, la ciudadanía española merece que la Constitución se amolde a la actualidad, ya que el sistema autonómico español, a medio camino entre un estado federal y un estado central, perjudica enormemente todo el cuerpo social del estado, en especial al tejido económico. Con este sistema autonómico (por cierto, asimétrico, donde una comunidad autónoma discriminarse, como por ejemplo Andalucía) las funciones se triplican, pues una misma competencia es asumida tanto por el gobierno central, por el autonómico e, incluso, por el provincial. En consecuencia, se produce un gasto público triplicado. Y este sistema, en épocas de crisis económica, agudiza el problema de la economía española aún más, alejándonos paulatinamente, cada vez más, de Europa.

Estado autonómico
Esto también repercute negativamente en la legislación, pues partidos nacionalistas (por ejemplo, CiU, PNV, etc.) están presentes en el parlamento nacional, influyendo decisivamente en los acuerdos parlamentarios. Es decir, partidos que pertenecen a una región concreta de España, influyen en todo el país. En consecuencia, pueden darse episiodios en los que estos partidos nacionalistas perjudiquen al país, con tal de conseguir réditos en su región. Esto es gravísimo y no es un caso aislado. Por ejemplo, el PNV apoyó los presupuestos generales del Estado de 2011 (que se aprobaron por un voto de diferencia), si, como contrapartida, el Gobierno otorgaba privilegios al país vasco (en concreto, fue más protección social a los parados del país vasco, que al resto de los del territorio nacional). Y esta es la razón que explica, el porqué de que en el Senado se hablen multitud de lenguas, con multitud de traductores, con un gasto de trece mil euros por sesión, cuando los senadores pueden, perfectamente, hablar en español; en cambio, no se hace porque hablar en la lengua regional les otorga beneficios políticos. Un claro ejemplo de que el sistema autonómico no es ni eficaz, ni eficiente.
Imaginémos, en EEUU, que el gobernador de California influyera en las políticas que repercuten en Iowa. ¡Qué locura! Pues esto mismo es lo que sucede en España.
En tercer lugar, la Constitución debe de ser modificada, para disminuir la concentración de poder que adquieren los gobernantes y, sobre todo, los privilegios que adquieren los políticos. Porque, cuando ser político tiene una rentabilidad desorbitada, deja de ser demandada la profesión por razones de talento, para convertirse en un modo de invertir. En la política se accede, contra natura, mediante poder o dinero, en lugar de talento, formación, esfuerzo, mérito o validez. En este sentido, nuestros representantes legislativos no deben tener ningún privilegio, sino que su retribución debe estar armonizada con respecto a su formación, responsabilidad y beneficios que aportan a la sociedad. Y, actualmente, la situación de los políticos dista mucho de ésta.
Por tanto, estamos en condiciones de afirmar que la Constitución española, actualmente vigente, no responde a las necesidades actuales, y debe ser reformada para eliminar los desequilibrios autonómicos, electorales y la partitocracia, que tanto daño está provocando en los últimos años.
*Fíjese el lector que, si consideramos el lapso desde el inicio del franquismo hasta ahora, España ha convivido más tiempo en una dictadura, que en una democracia.
¿Te ha inspirado lo que hablamos antes para escribir esto no? jeje, en cualquier caso gran artículo y tienes toda la razón. Si los sueldos de los políticos dependiesen de los méritos conseguidos durante su mandato (en el caso del gobierno) o de las posibles alternativas hacia las propuestas presentadas por este (en el caso del resto de partidos), la cosa cambiaría mucho y se esforzarían mucho más en aprobar buenas medidas para España. Y no como siempre hacen: o se «`tiran´´ los unos a los otros, o se ponen de acuerdo en medidas tan penosas y humillantes para un país como que tengan que subir la edad de jubilación con la nueva reforma de las pensiones y que una persona tenga que estar cotizando al menos 38 años, ¿No sería mejor ponerse de acuerdo con el fin de aprobar medidas que promoviesen la creación de nuevos puestos de trabajo? Claro, ya está, es que es mucho más fácil obligar a las personas a trabajar más años y ahora encima eso nos obliga a los estudiantes a tener que empezar a trabajar mucho antes (en mi caso me afecta mucho más puesto que soy estudiante de Medicina y mi carrera más todo lo que conlleva para poder ponerme a trabajar no son precisamente pocos años) porque si no no podremos recibir una pensión de mayores. En conclusión, yo lo que veo es que los políticos quieren un país lleno de gente ignorante que se pase la vida entera trabajando como mulas mientras ellos se llenan el bolsillo con el dinero de los contribuyentes en lugar de pensar y cooperar para poder arreglar los problemas que nos acontecen.
Si hoy mismo se reformase la Constitución, ninguna reforma estaría encaminada hacia los puntos que tu aquí refieres. Quisiera advertirte que el sistema electoral español no es tal y como apuntas, el voto de un español, sea cual sea su situación geográfica vale un voto.
Existen artículos mucho más relevantes que dan lugar a duda para el legislador que, según algunas doctrinas, deberían ser modificados, tales como: Pena de muerte en caso de guerra, Matrimonio, Mención especial a la Iglesia Católica…
Fran, me gustaría matizar lo que has dicho respecto al sistema electoral y su valor. Es cierto que si un catalán vota a PSOE e igualmente lo hace un andaluz, cada uno sumará un voto. En cambio, si el catalán vota a CIU y el andaluz a IU, el voto de este último no tendrá tanta representación como el votantede CIU. La prueba está en que, en términos absolutos, IU y CIU tienen ambos un millón de votos, sin embargo, donde CIU tiene 10 diputados, IU sólo 2.
Francisco, lo que ha matizado Dani es exactamente a lo que yo he hecho referencia, que la representatividad de los votos en el parlamento es injusta.
Por otro lado: ¿Por qué si se reformara la Constitución ninguna de las reformas que he propuesto se aplicaría? ¿Qué garantías tienes para afirmarlo con tanta seguridad?
Tengo pendiente otro artículo para desarrollar aún más mi idea sobre las autonomías españolas y algunos de sus nacionalismos perturbadores.
Creo que una cuenta pendiente en España es la de impedir que un partido regional gobierne en la nación, como CiU; ¿o es que eso también lo ves justo o no debería reformarse?
En palabras del Profesor D. Javier Pérez Royo.
«En la práctica es muy improbable que vaya a producirse modificación alguna, ya que el número de escaños y su distribución provincial parecen haber sidos aceptados como definitivos por los dos grades partidos «nacionales españoles». Si el PSOE no lo hizo cuando pudo hacerlo sin ningún tipo de problemas, no es probable que vaya a planteárselo en el futuro. Menos probables todavía es que el centro-derecha valla a introducir algún cambio, ya que en las circunscripciones sobrerrepresentadas es donde obtiene mejores resultados»
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Veamos nosotros.
Según el art 68 CE » 1. El Congreso se compone de un mínimo de trescientos y un máximo de cuatrocientos Diputados, elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, en términos que establezca la ley 2. La circunscripción electoral es la provincia.Las poblaciones de Ceuta y Melilla estarán representadas en cada una de ellas por un Diputado. La ley distribuirá el número total de Diputados, asignando una representación mínima inicial a cada circunscripción y distribuyendo los demás en proporción a la población.»
Hasta aquí lo dicho por la Constitución Española de 1978, necesario pero no suficiente, ha de conocerse también la LOREG.
La Constitución sólo recoge que el sistema electoral del Congreso de los Diputados funcionará a través de la fórmula de representación proporcional; el sistema electoral del Senado se soluciona por medio de la Ley electoral que determina que su sistema es el sistema mayoritario.
El número de Diputados mínimo asignado a cada provincia es de dos (art. 162.2 LOREG) que enlazado con lo dispuesto en la Constitución (Ceuta y Melilla tendrán un Diputado). Se deduce: (50 provincias españolas) X (dos Diputados) = 100 Diputados de 350 que conforman el Congreso. 100 Diputados + 2 (Ceuta y Melilla) = 102 Diputados mínimos.
102/350 Diputados, los restantes se distribuyen en proporción a la población. 350-102= 248 Diputados a elegir==> (Población):(248 Diputados)= Cuota de reparto.
Según la cuota de repartos, en números enteros, se asignan a cada provincia el número de Diputados correspondiente. Los restantes se distribuyen con fracción decimal mayor ( art. 162.3 LOREG)
Al fin y al cabo todo este procedimiento puede ser variable, ya que la población varía de unas elecciones a otras.
El sistema electoral español es utilizado en países que tradicionalmente han tenido graves problemas de vigencia constitucional continuada (España y Alemania)
Espero que tras esta aclaración, veáis de forma nítida el sistema electoral Español que no depende solamente de la CE ,dicho sea de paso. Por falta de tiempo no puedo responder a los siguientes planteamientos, en otro momento me pongo a ello.