Notas sobre los hemisferios cerebrales.

A la vista del enorme interés que han suscitado en este blog, Rincón del logos, todos los artículos donde se hacían conjeturas y se reunía información sobre los hemisferios cerebrales, ambidextría y lateralización cerebral, en este artículo se recoge, de forma compendiada y sintética, numerosas investigaciones acerca del mismo asunto.

Función de ambos hemisferios

Forman la mayor parte del encéfalo o cerebro. Se encuentran separados por una misma cisura sagital profunda en la línea media, denominada cisura longitudinal del cerebro. En lo más profundo se puede observar una gran hendidura, el cuerpo calloso, en la intersección entre ambos hemisferios.

Cada hemisferio procesa la información de forma distinta, aunque los dos tienden al equilibrio, puesto que ningún hemisferio elimina información o la superpone, sino que la sintetiza, compendiándola y logrando el equilibrio. Es decir, el cerebro construye la realidad de dos formas distintas, pero complementarias, logrando una síntesis.

El neurofisiólogo Sperry, Premio Nobel de Medicina, ha realizado estudios que muestran que nuestros hemisferios reciben la misma información desde los sentidos, pero el procesamiento de la misma es distinto. Cada persona tiene un hemisferio dominante por predisposición genética, bien sea el derecho, especializado en trabajar con la intuición, o el izquierdo, que es más analítico. Y esta dominancia hemisférica (lateralización cerebral) también será más acusada en unas personas que en otras, pudiendo llegar al extremo de cuasi nula especialización cerebral, donde se situarían las personas ambidextras.

Sperry asegura que la actividad que logra integrar o unir a los dos hemisferios de forma conjunta es el análisis de las intuiciones. Es decir, utilizar el cerebro racional para analizar el cerebro intuitivo. Por ejemplo, a la hora de analizar el comportamiento de otra persona, estaríamos utilizando en bastante proporción los dos hemisferios, pues uno analiza mientras otro extrae la información intuitiva y emocional.

Hemisferio izquierdo (cerebro racional)

El hemisferio izquierdo trabaja con la información que recibe de los sentidos de forma analítica, utilizando el razonamiento lógico. Ejercita la capacidad para trabajar con números y también para atribuir significado a las letras y las palabras, es decir, para leer y escribir. Trabaja en relación a un tiempo y espacio determinado de forma lógica. Utiliza un estilo de pensamiento convergente, ya que elabora información a partir de la que ya tiene. Es, por tanto, inductivo, ya que de lo particular llega a lo genérico.

Hemisferio derecho (cerebro artístico)

El hemisferio derecho, por el contrario, es deductivo, pues de se parte de lo general para concluir en lo particular, intentando recabar en los detalles. Se representa la realidad de forma espacial, con perspectivas, distancias y dimensiones. Sus funciones nos permiten comprender el doble sentido de las palabras, acceder a las figuras literarias, y dar significado tanto a las imágenes como a los símbolos. Por ello, realiza relaciones entre diferentes conceptos y procesa información tanto visual como auditiva. La imaginación, la curiosidad y la creatividad emanan de este hemisferio. En definitiva, utiliza un estilo de pensamiento divergente pues elabora datos que no se conocían antes y sintetiza la información si analizarla exhaustivamente.

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HEMISFERIO DERECHO: verbalizador, analítico (prima la parte sobre el todo), abstracto, secuencial, racional (agrupa los datos para llegar a conclusiones), matemático y lineal en el tiempo (no existen saltos en el tiempo en la interpretación de los hechos).

HEMISFERIO IZQUIERDO: no verbal (aunque sí conceptual), sintético (agrupa conceptos y los elabora construyendo realidades más complejas), concreto, intuitivo (pues no sigue una línea secuancial ni lógica), analógico (busca semanjanzas y diferencias ente las diferentes realidades), espacial y holístico (prima el todo sobre la parte).

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Emociones en los hemisferios

Las investigaciones neuropsicológicas de Kolb y L. Taylor concluyeron, entre otras numerosas cosas, que la especialización de los hemisferios se manifiesta en la conducta emocional, de forma que el control emocional no se localiza específicamente en ningún hemisferio en concreto, sino que se sitúa en ambos. Así como el manejo de los ojos, pies y manos está controlado por ambos hemisferios, el control de las emociones también está controlado por ambos.

Otras investigaciones llegaron a las siguientes conclusiones: a) la dominancia del hemisferio derecho está dedicada a elementos de la emoción relacionados con la dimensión espacial de la información que nos llega de los sentidos; b) la dominancia del hemisferio izquierdo para aspectos de la emoción relacionados con el lenguaje; c) hay una conexión entre ambos hemisferios, que se produce entre memoria y emoción, situado en el hipocampo y en la amígdala; d) la conducta se realiza, tras haber procesado la información en los lugares anteriores, en la corteza prefrontal; e) la identificación de caras y objetos se encuentra en la corteza lateral temporal, situada en ambos hemisferios.

No obstante, se ha descubierto, según pone de manifiesto D. Goleman en su libro Inteligencia social que la tendencia al optimismo se encuentra en el mayor uso de la corteza prefrontal izquierda (situada en el hemisferio izquierdo) mientras el pesimismo se relaciona con el mayor uso de la corteza prefrontal derecha (situada en el hemisferio derecho).

Por otra parte, Bryden y Ley explicaron la implicación del hemisferio izquierdo (cerebro racional) en aquellos aspectos emocionales que se transmiten a través del lenguaje, mientras que el hemisferio derecho (cerebro artístico o intuitivo) se encontraría más relacionado con los aspectos emocionales cuya respuesta se produce a través de rasgos expresivos y faciales.

Bibliografía:
– Todo sobre el cerebro y la mente (Marta Eugenia Rodríguez de la Torre)

– Inteligencia social (Daniel Goleman)

El poder de la mente (Eduardo Punset)

Idiomas al alcance de la mano


Suelo comentar con mis amigos que fueron los idiomas los que salvaron mi capacidad intelectual allá por el invierno de 2007. Fue entonces cuando pude entrar en contacto con el inglés, pero no el que nos enseñaban en la famélica LOGSE, sino el inglés  de verdad, el que se aprende con todas sus consecuencias neurológicas, el que predispone la mente para la adquisición fluida de nuevas lenguas.

Por aquellas fechas comencé a interesarme más por la etimología, lo que llegó a su cénit mientras cursaba latín y griego. Quedé encantado por la forma en que se formaban las gramáticas al establecer analogías entre el español, mi lengua materna, y un inglés que poco a poco me recibía en su comunidad de hablantes. Si bien es verdad que mientras daba mis primeros pasos, me encontré con los obstáculos habituales, lo cierto es que a los ojos de los demás mi nivel era imparable lo que, para qué ocultarlo, me cosechó a la postre ciertas envidias en la sombra, pero también unas mucho más nobles y valiosas felicitaciones.

El culmen de esta fase se dio cuando hace unos meses me matriculé en Traducción e Interpretación, carrera con la que me siento realmente cómodo y que tiene la benevolencia de dejarme tiempo para mi amada escritura.

Como sé que existen grandes prejuicios contra las lenguas, especialmente entre mis compatriotas, me he decidido a explicar en este artículo las bases que considero hay que tener en cuenta para no rendirse con los idiomas.

Es vox populi el bajo nivel que tenemos los españoles en idiomas. En mi opinión esto se debe fundamentalmente a dos razones:

En primer lugar, a la falta de tradición. Si le realizamos una radiografía lingüística al pueblo español, podemos detectar una historia prácticamente monolingüe, si exceptuamos Cataluña, Euskadi y Galicia. Esto no quiere decir que en España no hayan existido otros idiomas. Por supuesto que no. Hemos tenido lenguas germánicas, el árabe tuvo una gran importancia. Pero el pueblo español sólo habló una de las lenguas existentes.

Durante siglos los españoles vivimos con escasas conexiones al exterior y se nos cerró el acceso a las ideas europeas y con ellas también a las lenguas que las portaban. Sólo el francés penetró ligeramente la frontera y aun así su influencia se tradujo en meros galicismos.

Y en segundo lugar, el espíritu del «que inventen ellos», que se deriva del aislamiento fruto de cientos de años. Esta vagancia intelectual y este paternalismo nos privan de ser emprendedores y de buscarnos el futuro en tierras lejanas. Tan sólo en los últimos años se está registrando una emigración española de forma voluntaria, lo del franquismo fue, a todas luces, una emigración a la desesperada.

La razón de ser de esta aclaración es la de demostrar que no existen ningún pueblo físicamente incapacitado para los idiomas. El cerebro está preparado para aprender varias lenguas desde que desarrollamos nuestra capacidad lingüística. Para ilustrar esta idea me voy a valer de un sencillo ejemplo. Imaginemos que una mujer alemana y un hombre español tienen un hijo y lo educan en el Reino Unido y los padres le hablan en su respectiva lengua materna. Cuando el niño alcance cierta edad podrá hablar fluidamente alemán, español e inglés. Al principio se dará un periodo en el que mezclará los idiomas, pero una vez transcurrida esta crisis dominará los tres idiomas sin complicación.

A continuación, voy a hablar de los principales obstáculos que encuentra el hablante monolingüe al enfrentar una lengua extranjera.

En primer lugar, me gustaría manifestar mi preocupación por el dominio de la lengua base. En casi la totalidad de las ocasiones, se presupone un control firme de la lengua materna, y es éste el primer obstáculo con el que se encuentra el estudiante. Cuando no se tiene un profundo conocimiento de la lengua base, es decir, del sentido de lo que es una lengua, nuestro cerebro se topa con un buen número de dificultades porque sería como tratar de aprender a hablar a una edad ya tardía y de forma artificial.

El actual sistema de enseñanza de inglés presenta la misma patología que el resto de asignaturas.  Y es que se trata de enseñar a través de un atracón de hechos y fechas que se acaban vomitando en el examen, para después olvidarlo todo. Así no funcionan las lenguas. Al igual que en las matemáticas, en las gramáticas se va partiendo de axiomas para llegar a estructuras cada vez más complejas, de modo que si se olvida la base, no se puede seguir avanzando.

Los siguientes obstáculos guardan estrecha relación con el individuo:

Existe una especie de complejo de inferioridad cuando aprendemos una lengua. Esto se debe a que nos sentimos extranjeros ya que no pronunciamos bien, no entendemos a nuestros interlocutores y las lenguas se convierten en la antípodas de los cigarrillos; unas fáciles de dejar y otros de los que es difícil desprenderse. Sirva, pues, este artículo de nicotina lingüística. A los emprendedores les digo que actualmente hablo tres lenguas y sé lo que es atravesar ese barrizal.

Muchas veces alcanzamos cierto nivel en un idioma y nos estancamos durante un tiempo. Entonces caemos en el grave error de pensar que en esa posición se ha establecido nuestro límite. Pero nada más lejos de la realidad. Estas crisis precisamente nos indican que se ha alcanzado el nivel medio, a partir del cual se avanza por saltos; de repente un día nos levantamos y vemos que hemos mejorado.

El mayor fantasma para los idiomas es la timidez. El miedo a que los demás se rían de nuestro acento. Debemos comprender que el cerebro tiene que acostumbrarse a ciertos movimientos. ¿Acaso no somos torpes la primera vez que practicamos un deporte? Pues el sistema fonador funciona del mismo modo. Los nuevos movimientos tienen que llegar al cerebelo para ser naturalizados. Por eso es de suma importancia exagerar los sonidos al principio, por muy ridículos que nos sintamos.

Mi breve experiencia en este mundillo me ha dado ciertas lecciones que les ofrezco aquí a modo de consejo.

Como las lenguas se estudian desde varios aspectos, voy a dividirlos en tres: Fonética, léxico y gramática.

La fonética: para aprender a pronunciar y entender las palabras la clave está en la repetición. La grabadora se nos revela como una herramienta bastante util para esta tarea ya que nos permite observar los fallos y la mejora. Escuchar música y ver películas en versión original son hasta ahora las mejores ideas para agudizar nuestra audición. Por un lado nos abre la mente a nuevos sonidos; por otro, ¿quién no prefiere escuchar la auténtica voz de Marlon Brando?

La piedra angular de una lengua es su léxico. Su aprendizaje debe partir de aquí, pues el vocabulario es la base de todo. Con conceptos aislados se puede expresar más información de la que creemos. Una de las mejores técnicas de memorización léxica es la que introdujo en España el mentalista Ramón Campayo y se basa en la asociación inverosimil, esto es, observamos una palabra extranjera y rápidamente la relacionamos con una palabra de nuestra lengua materna que suene igual. Nuestra tarea ahora será asociar esas palabras a traves de un pequeño juego de imaginación. Hagamos la prueba. Vamos a elegir la palabra alemana Liebe, que significa amor. Lo primero que tenemos que preguntarnos es: ¿qué palabras españolas me sugiere Liebe? A mí por ejemplo se me ocurren dos: lavar y leve. Podemos imaginar a una pareja en la que el chico se ha hecho unas heridas leves y su novia lo lava para cuidarlo. Et voilà, ya hemos memorizado una palabra más. De este modo no hay palabra que se nos pueda olvidar, ¡por muy alemana que sea!

Por último tenemos la gramática. El método más eficaz que hasta ahora he encontrado ha sido estudiar una teoría y practicarla hasta que el cerebro se acomode a tal estructura. No obstante, cada individuo debe conocer sus técnicas de estudio más eficientes y adaptarlas a la materia estudiada.

Como ven, aprender un idioma no supone una empresa tan pedregosa como la pintan. A partir de la segunda lengua extranjera aprendida, el cerebro se expande, por tanto, la próxima lengua se convertirá en un paseo de lo más sugestivo.

Óptima eficiencia cognitiva: estrés

Como hemos afirmado en otras ocasiones, en el hombre confluyen los contrarios (bien y mal, alegría y tristeza, frío y calor, etc.), concepto formalizado por Anaximandro, hace varios miles de años, en su concepto del ápeiron: los contrarios fluyen para dar sentido a la vida. Además, como esgrimió ya Aristóteles, la virtud se halla en el término medio entre dos vicios extremos, uno por defecto y otro por exceso. Estas dos ideas filosóficas predijeron lo que los neurólogos y psicológos han demostrado dos milenios más tarde.

Para ejemplificar esta idea, hablaremos del estrés y su relación con la eficiencia cognitiva. A día de hoy, podemos mensurar el estrés: a más cortisol (hormona que se libera en condiciones de estrés), más estrés y ansiedad. Tras exhaustivas mediciones, se concluyó que un estrés muy reducido aburre al cerebro, desmotivándolo y desfocalizando la atención; por el contrario, un estrés intenso generaría una cierta ansiedad, reduciendo la «productividad» neuronal (por ejemplo, todos sabemos las consecuencias negativas de los «nervios» anteriores a un examen).

Función estrés-eficiencia

De nuevo, la virtud está situada entre dos contrapuestos (¡ojo!, no contradicciones, cosa harto distinta). Lo mismo -recordemos- sucedía con la libertad (enmarcada entre libertinaje y represión).

El estrés, en su proporción adecuada, motiva para realizar tareas que, de otra suerte, no se realizarían. Ahora bien: todos nosotros vivimos -en algún momento de nuestra existencia- una situación desmesuradamente estresante. En este caso, debemos utilizar la inteligencia intrapersonal e intentar reducir el cortisol, volviendo a la normalidad. En otras palabras: hay que entrenar la resiliencia (capacidad de evadir situaciones extenuantes, con rapidez), ya que, al igual que la exposición al Sol, el estrés excesivo funciona como un tóxico y, cuanto más tiempo permanezca en el organismo, más estragos irrogará.

Anatomía del optimismo

Como bien saben los psicólogos, psiquiatras y neurólogos, todo tiene un fundamento físico en el cerebro. Por ejemplo, el mal humor, que básicamente consiste en una carestía de un conglomerado de los siguientes neurotransmisores: dopamina, oxitocina y endorfina.

¿Significa esto el fin de la psicología? No, pues, aunque sabemos fehacientemente que todo tiene un fundamento físico, éste, en numerosas ocasiones, es imperceptible, pues estamos hablado de escalas microscópicas. Y, aunque fuera perceptible, muchas veces es imposible solucionarlo con las técnicas actuales. En estos casos, funciona la psicología: utilizar los propios instrumentos intracerebrales (con terapias de grupo, modificación de la conducta, cambio de ambientes, etc.) para que ese daño físico se repare, sin necesidad de intervención.

Ahora bien, esto no quita que la neurología, poco a poco, vaya ganando terreno. Por ejemplo, hoy sabemos que el optimismo y el pesimismo tienen su fundamento físico. A saber: el cortex prefrontal podemos dividirlo en izquierdo y derecho; del izquierdo emana el pensamiento positivo (optimismo) y del derecho el negativo (pesimismo).

Corteza prefrontal

Esto quiere decir que todos alternamos el pensamiento positivo y el negativo a lo largo de nuestra vida, lo cual es una buena noticia. Pues si tenemos una perspectiva pesimista y otra optimista, la síntesis a la que llegamos es realista, es decir, más objetiva. No obstante, como el cerebro de una persona no es idéntico al de otra, también podemos concluir que, dependiendo de la estructura del cortex prefrontal (izquierdo y derecho), una persona tendrá tendencia al optimismo o al pesimismo.

Para más inri, también se ha descubierto una correlación entre la actividad del cortex prefrontal izquierdo (optimismo) con la probabilidad de contraer un resfriado. O sea, que si eres más optimista, a la larga, tus defensas serán mayores y, en consecuencia, te resfriarás menos.

Otro golpe más, no sólo a la psicología, sino a la voluntad (libre albedrío) humana, pues esto demuestra que somos una marioneta a manos de nuestro cerebro: no somos optimistas (o pesimistas) a voluntad, sino dependiendo de nuestra estructura cerebral.

Racionalismo vs Empirismo

Los empiristas creen que la mente es una tabla raza donde todo es aprehendido. Los racionalistas piensan que todo conocimiento es interno o innato. Para poder solucionar este conflicto propongo una escena del Doctor House:
– Una joven después de haber sido operada de los ojos y también en el cerebro esta dialogando con el doctor y el le dice que parte de su problema para ver se encontraba en el cerebro, a lo que ella responde que efectivamente después de la operación ella veía mejor, pero el doctor le dice que antes tenía un problema en los neurotransmisores del cerebro y por eso veía borroso y no completamente bien. Entonces el doctor le saca la venda de los ojos lentamente y le pregunta ¿Como ves? A lo que ella responde «usted se ve triste». Entonces se puede ver la cara de sorpresa del doctor.

¿Cual es la explicación mas lógica?
Lo que pasa es que podría ser que el conocimiento de las expresiones de las caras es innato, es decir es algo intuitivo.

La relación con empiristas y racionalistas y este corto es que seguramente muchos conocimientos son innatos, es decir algunos son «intuitivos». Y yo no me pongo a favor de ninguno de los dos exactamente, ya que pienso que algunos conocimientos son innatos y otros adquiridos. Unido a esto el cerebro posee sus propias categoría del entendimiento relacionadas justamente a areas específicas del cerebro y la información se plasma ahí como su fueran gavetas de libros vacías con distintas secciones podría hacerse la pregunta: ¿Existen libros puestos de antemano? Ademas supongo que al relacionar distintas areas del conocimiento se ponen libros que corresponden a una gaveta en otra distinta o se unen libros de dos gavetas distintas a una nueva para generar un conocimiento mas global…

Ambidiestros: lateralidad cerebral

Creo que la mayoría de los que lean este artículo sabrán cuales son las diferencias fundamentales entre un cerebro zurdo y uno diestro. Pero nunca viene mal recordarlas. Además el tema que aquí nos ocupará es controvertidísimo hasta el punto de que los experimentos aportan datos contradictorios y, por añadidura, es -literalmente- de vital importancia.

El cerebro puede dividirse en multitud de sistemas, atendiendo a la naturaleza de cada cual. Por ejemplo, la primera división que podemos hacer es la de emoción-pensamiento. Cada área recibe el nombre de vía: cuando hablamos de vía superior estamos haciendo referencia al pensamiento, o sea, al cortex prefrontal; mientas que si decimos vía inferior, nos referimos al sentimiento. Aunque, es cierto que pensamiento y sentimiento están unidos en la corteza orbitofrontal. Por otra parte, podemos dividir el cerebro a simple vista, sin indagar sobre las funciones de cada región: a primera vista, podemos observar en el cerebro dos hemisferios, el izquierdo y el derecho. Hecha tal división, llega el momento de investigar a qué se dedica cada hemisferio en concreto.

El hemisferio izquierdo, que controla la parte derecha del cuerpo, es el hemisferio objetivo. En él se realizan, entre otras muchas más específicas, las funciones de lenguaje, razonamiento o lógica y matemática. El pensamiento que surje de este hemisferio recibe el nombre de pensamiento lineal. Es decir, los mecanismos del hemisferio izquierdo son idénticos en todos, aunque la diferencia que puede haber entre unos y otros reside en la cantidad de neuronas. Por este motivo, se trata de un hemisferio científico. Por tanto, la capacidad principal del hemisferio es la de síntesis.

Hemisferios

Por otro lado, el hemisferio derecho, que controla la mitad izquierda del cuerpo, es subjetivo. El tipo de pensamiento que nace en este hemisferio se denomina pensamiento holístico. Al contrario que el izquierdo,  éste se distingue de los demás -los de otros individuos- en todos los aspectos (cantidad, cualidad, naturaleza). En este sentido, se trata del hemisferio del arte, pues las actividades principales del mismo van dirigidas a las emociones, habilidades artísticas y musicales, orientación espacial y memoria visual (por ejemplo, para reconocer los rostros). La capacidad predominante, por tanto, es la de análisis.

No obstante, en lenguaje hay una excepción, a saber: no toda la capacidad lingüística radica en el hemisferio izquierdo, sino que la prosodia está situada en el derecho. Otra excepción se da en la música: habita en ambos hemisferios. Desde mi punto de vista, quizá se deba a que la música, además de ser considerada como un arte, está plenamente vinculada con la matemática. De este modo, la música significaría una gran síntesis de capacidades cerebrales.

Como vemos, el incosciente, que varía en demasía entre personas, es propio del hemisferio derecho, mientras que la consciencia, que se dedica, principalmente, a tomar conciencia temporal, es prácticamente idéntica a todos los individuos de la especie humana.

Dicho esto, es conveniente que pasemos al quid de la cuestión: la lateralidad cerebral. La lateralidad cerebral hace referencia a la especialización del cerebro en un determinado hemisferio. Por ejemplo, los que tengan el hemisferio izquierdo más desarrollado serán diestros y viceversa. Generalmente, a los 4 años, el niño debe haber mostrado una tendencia hacia un hemisferio cerebral ora en el pensamiento (arte o lógica), ora en el comportamiento (escritura con la mano izquierda o derecha). Sobre los factores que determinan que la mayoría de la población sea diestra puede que se deriven de la genética, pero lo más razonable es que se trate de factores epigenéticos, puesto los bebés aprenden por imitación, antigüamente era mal visto ser zurdo (de ahí la palabra siniestro) y, además, el cerebro, gracias a la plasticidad cerebral, permite que, en vida, especialicemos un hemisferio a voluntad. Se ha descubierto un gen (gen de la destreza) que determina la lateralidad cerebral del individuo, aunque dicho gen no está presente en el 20% de la población. Esta población que no está determinada, tendrá la posibilidad de ser diestra, zurda o ambidiestra a voluntad.

Como dije en alguna otra ocasión, el hombre establece dualismos por todos lados: igual que es reduccionista hablar de hombre-mujer, lo es hablar de izquierda-derecha, también en el sentido político. Así, los problemas afloran en el momento que hablamos de que no hay lateralidad cerebral, o sea, que los dos hemisferios están igual de desarrollados y, por tanto, el individuo usa, en la misma proporción, ambos hemisferios (y, por ende, ambos tipos de pensamiento y ambos tipos de comportamiento). En términos científicos, se denomina lateralización atípica. Los sujetos que responden a esta definición se les denomina ambidiestros. Se distinguen dos tipos de ambidiestros: los que utilizan ambos hemisferios indistintamente para todas las tareas (extrictamente ambidiestros) y los que, sin preferir ningún hemisferio en general, especializan uno en una tarea en particular (ambidiestros cruzados). Por ejemplo, podemos ver el tenista Rafael Nadal que asegura utilizar el brazo derecho para casi todas sus tareas extratenísticas, es en el tenis donde usa la zurda (¡y qué buenos resultados que le da!).

Ambidiestro

Sobre los ambidiestros, como digo, hay resultados contradictorios: unos alegan que pueden desarrollar el lenguaje -de forma completa- en ambos hemisferios; otros, por su parte, arguyen lo contrario. La «ambidextría» es un vericueto para los psicólogos. Además, una proporción muy pequeña de la población (un 1%) presenta esta condición; el 9% zurdo y el 90% restante diestro.

Sé que a la mayoría de vosotros se os plantean las siguientes cuestiones, a las que intentaré de responder. He de informarles que, para elegir las preguntas, he recurrido a los comentarios que dejásteis en la entrada anterior acerca de esta misma cuestión:

¿Es mejor se ambidiestro o no?

Me he percatado que esta pregunta aparece en todos los lugares a los que he recurrido, para encontrar información sobre lateralidad cerebral. Se dice que Leonardo Da vinci y Einstein eran ambidiestros. De todas formas, no se puede responder a esta pregunta de forma global, depende del deseo de cada uno, pues, como sabemos, entrenando los hemisferios podemos especializarnos en el/los que queramos. Además, esta cuestión está inextricablemente unida a la especialización y a los problemas de conducta. Hay mucha fama de que los ambidiestros son más inteligentes que el resto, pero, aunque la posibilidad de presentar un gran CI es alta, lo cierto es que muchos ambidiestros tienen problemas de aprendizaje y conducta. Por último, vemos que no podemos tampoco hablar de ambidiestros en general, pues hay una enorme multiplicidad: los que lo son por genética, por ambiente, los que presentan una lateralidad cruzada, etc.

¿Es verdad que los ambidiestros no están especializados en ningún ámbito o, por el contrario, sí lo están en todos?

Una cosa es ser ambidiestro (indéntico nivel de desarrollo en ambos hemisferios) y otra nivel de especialización. Puede haber ambidiestros especializados en todas las ramas del cerebro y ambidiestros que no, ya que el cerebro, mediante la neurogénesis, genera nuevas neuronas y sinapsis, que aumentan paulatinamente la capacidad cerebral. Aunque es cierto que a un diestro o zurdo le costará menos especializarse que a un ambidiestro. Caeríamos en un gran vicio al generalizar en esta cuestión, depende de cada persona, aunque es cierto que el nivel de especialización es mas alto en los sujetos que presentan una lateralidad cerebral definida.

En síntesis, aunque les cueste más especializarse, cuando lo hagan, estarán especializados en varios tipos de pensamiento lo que ocasionaría un aumento exponencial de la inteligencia. Ya que puede originarse una comunicación recíprica entre ambos hemisferios, se produzca un círculo virtuoso y los hemisferios se mejoren entre sí. En fin, los ambidiestros pueden ser o muy deficientes o muy sobresaliantes.

¿Qué implica no estar especializado en ninguna tarea?

Cuando un ambidiestro prototipo domina todas las áreas cerebrales, pero no destaca en ninguna puede plantearse esta pregunta. Al no presentar ninguna tendencia en ningún pensamiento o comportamiento, el ambidiestros a menudo se encuentra con problemas de indecisión porque valora varios puntos de vista al mismo nivel. Es como si poseyeran dos puntos de vista y, claro, no pueden dividirse en dos, tiene que tomar un único punto de vista. Esta es una de las desventajas que implica ser ambidiestro. Por eso en cualquier elección se les plantea un dilema. Al no presentar ninguna inclinación hemisférica pueden acaecer episodios de inseguridad, indecisión y de inconstancia.

Por otra parte, esto puede solucionarse intentando especializar una mano para cada tarea. Por ejemplo, para comer siempre debemos de usar una mano (la que deseemos, pero siempre la misma), para jugar al fútbol una pierna en concreto, para escribir otra. De este modo los ambidiestros serán polivalentes a nivel general, pero no presentaran ningún problema de indecisión en aspectos particulares.

¿Es cierto que ser ambidiestro acarrea problemas psiquiátricos y de conducta?

Muchos especialistas afirman que esta condición acarrea graves problemas de aprendizaje. Por ejemplo, presentan dislexia y, a menudo, confunden la izquieda con la derecha. Para aprender hay que orientarse, inclinarse hacia una opinión, seleccionar. Si los ambidiestros no son muy duchos en esta cuestión, claramente presentan graves problemas de aprendizaje. Por otro lado, el presentar una lateralización atípica se vinculó hace unos años con la esquizofrenia, pero se ha demostrado que  no existe correlación alguna entre ambas condiciones.

Un porcentaje de la población que usa indistintamente ambos hemisferios, según la especialista Alina Rodriguez,  tienen más posiilidad de padecer Alteración psiquiátrica e hiperactividad (TDAH), problemas de lenguaje como la tartamudez ybajo rendimiento escolar. Además presentan 14 veces más proclives a problemas de conducta a los 16 años.

Primera necesidad

De todos es sabido que dormir es fundamental para mantenerse activo en el día a día y también para tener una buena salud mental. Pero hay varios tópicos que pueden confundirse un poco como el tomar café, las valerianas, o el cansancio físico. Todo ser vivo con cerebro, necesita dormir independientemente de todo lo demás.

Hace tiempo, ví un documental que aseguraba que un estudio había determinado que el ser humano puede estar más tiempo sin comer que sin dormir. De hecho, a los 5 ó 6 días sin dormir el sujeto comienza a tener alucinaciones y no discierne lo real.

Actualmente, se ha relacionado el aprendizaje con el dormitado. Un estudio difundido por el diario el país afirma que durante el sueño se ordenan los pensamietos y se almacenan. Es decir, que uno de los últimos pasos del aprendizaje es el sueño. Por eso, cuando una persona se ha quedado toda la noche estudiando al día siguiente, en el examen, no dá pie con bolo.

Otro estudio, de la revista «Muy interesante»,  sostiene que no solo se ordenan las ideas durante el sueño sino que, a veces, cuando solemos quedarnos «en blanco» también se ordenan las ideas. De ahí que cuando no hallamos dormido demasiado es cuando solemos quedarnos más «en blanco». Así que otro motivo más para dormir: si no quieres «quedarte en blanco», duerme.

Una vez demostrada la necesidad del dormitado, hay que saber también las causas de insomnio que padece mucha gente. Dormir no se hace por gusto, es una necesidad. Dicho de otro modo: si no hay necesidad de dormir no se debe dormir. Para dormir, hay que estar cansado puesto que si el cerebro no tiene ideas que ordenar el dormitado es innecesario. Ya tenemos la primera receta contra el insomnio: trabaja el cerebro para que cuando llegue la noche te sientas cansado y necesites ordenar tus ideas (dormir).

Respecto a esto, quiero matizar que no se duerme principalmente porque tengas cansancio físico -como suele creerse- sino que se duerme por cansancio mental. Aunque parezca mentira, durante un partido de tenis o fútbol, la mente se cansa mucho más que el cuerpo ya que la mente maneja al cuerpo. Ya tenemos otro consejo: si quieres eliminar el insomnio debes de cansarte y la mejor forma es haciendo deporte. También si tu objetivo es mejorar en el deporte también es recomendable que duermas porque el cerebro ha aprendido nuevas técnicas, nuevos golpes y necesita ordenar estas nuevas ideas durmiendo.

En resumen: Dormir es el pilar básico de una salud mental además de sernos útil para el aprendizaje ya sea académico o de cualquier tipo.

Estoicismo

A más de uno le gustaría ser eterno, no morir.

A todos nos gustaría volar, se omnipresentes y presenciar todo y a todos al mismo tiempo. Añoramos el pasado y deseamos el futuro o al contrario.

Queremos hacer lo que queremos pero no queremos lo que hacemos.

Nos gustaría no estar solos en el mundo. Desearíamos no ser una persona sino dos. El inconformismo es como la droga, cuanto más consumes más necesitas.

Lo mejor que se puede hacer es construir el mundo desde el presente y querer lo que se hace y no hacer lo que uno quiere.

Construir la vida desde el presente

Seguro que a muchos de vosotros, habéis tenido alguna que otra desgracia o habéis vivido una situación que es mejor no recordarla. Cuando se nos presente algo como esto, no hay que mirar al pasado ni al futuro. Hay que ver solamente el presente. Os pongo un ejemplo, en la película Titanic cuando el barco se estaba hundiendo, los músicos se pusieron a tocar con violines en la cubierta. Esta fue la mejor decisión ya que iban a morir sí o sí pero ellos no pensaron ni el futuro ni el presente sino el ahora. Tocaban tranquilos y pasaron sus últimos minutos acompañados de la mejor música.

La clave para vivir feliz es esta, que no te coaccione nada ni nadie. Hay muchas personas que les atormenta el pasado y no viven por ello. Otras temen a la muerte y viven atormentadas. En cambio, otras personas viven solo en el presente y son felices y, a la vez, construyen un buen futuro.

Crítica a la sociedad

Sé que nadie es perfecto, que todo el mundo tiene sus fallos. Pero de ahí a cometer grandes fallos, hay un límite.

Primera

No sé si se han fijado alguna vez de los típicos jóvenes «sin cabeza» que suelen juntarse por la noches y a altas horas de la madrugada y que un gran número de ellos comete grandes barbaridades. El problema de estos jóvenes es suelen dar más importancia a lo que los demás piensan de él a lo que él es realmente. Una cosa que no entiendo para nada es cuando, por el mero hecho de ser «más guay», al ofrecer sustancias (ya sea alcohol, tabaco y drogas) el ofrecido las acepte. Pero hasta donde hemos llegado. Si yo sé que me sientan mal las gambas no las como porque me voy a poner peor. ¿Por qué la gente sabiendo que es perjudicial sigue bebiendo y consumiendo?  Este tipo de jóvenes son los más débiles ya que tienen poca personalidad.

Lo que más me preocupa es que el consumo de tabaco, drogas y alcohol se está disparando cada vez más y, lo que es peor, cada vez a edades más tempranas. ¿Qué provoca este aumento?

Segunda

También hay alguna que otra persona que va a lo suyo, que solo quiere trato con alguien cuando se va a beneficiar por ello. Que no duda en hacer daño por el mero hecho de beneficiarse. Pero yo creo que estas personas, en realidad, no son malas sino ignorantes (ya lo dijo Sócrates), por que si supieran que esa actitud se les vuelve en su contra no actuarían así. Estas son las personas que a corto plazo suelen estar muy bien pero, a medida que pasan los años, se van quedando solas. Si una persona está sola de mayor es por algo. Estas personas, al principio, suelen caer muy bien (¡y valla que si bien!) pero cuando pasan los años, se van desenmascarando y se les va conociendo entonces es cuando ya no caen bien. Para esta tipo de personas si es aplicable la frase: «la confianza da asco». Pero la confianza y el tiempo descubren la verdad, así que tanto asco no debe de dar. Este tipo de persona suele ser la más ignorante de todas, incluso me atrevería a decir que más que las anteriores.

Tercera

La tercera crítica, es a la sociedad en general. Vivimos en una sociedad muy globalizada y que a la vez de ser muy individualista es muy despreciativa hacia el individuo. Se están perdiendo los enlaces entre padres e hijos, cada vez estamos más deshumanizados. La sociedad ha creado un modelo de vida y un modelo de persona al que todo el mundo aspira. ¿Cómo es posible semejante barbaridad? Ni que fuéramos robots, somos personas y todas somos distintas. No existe ninguna persona igual a otra, todos somos distintos, diferentes o raros en algunos aspectos. Debemos aprender de todos y no desechar al que no se ajusta al modelo de la sociedad.

Es muy difícil, en la sociedad actual, intentar mantenerte en ser como eres. Continuamente la gente esta valorando, prejuzgando y juzgando. Además que hay un sistema productivo en el que toda la ropa, alimento, casa, coche, etc. es igual para todo el mundo. Las personas tienen que adaptarse a la sociedad, no la sociedad a las personas (cosa que me parece ilógica).

Conclusión

Yo creo que la clave para ir en el buen camino es entender y saber que es lo que se debe hacer. Si se debe hacer A se hace A y si no se debe de hacer B no se hace B. Si te imponen X y no se debe hacer no se hace X. Siempre hay que actuar por puro respeto al deber, hay que actuar como hay que actuar. Esto, creo recordad, lo dijo Kant.

Yo me quedo con la frase que, desde mi punto de vista, define a esta sociedad ya la dijo Albert Einstein:

«Cada día sabemos más y entendemos menos»

Por último, voy a plantear algunas preguntas que no les encuentro respuesta:

Sabemos cada día más cosas pero no entendemos la esencia de la vida.

a) ¿Cómo puede estar permitido el consumo de algo que esta demostrado perjudicial?

b) ¿Por qué muchas madres abandonan a sus hijos en guarderías o con sus abuelos y nunca están con ellos? (Principal causa de deshumanización y problemas educativos, desde mi punto de vista)

c) ¿Por qué nos venden que hay que ser de una determinada forma cuando la pluralidad es lo más beneficioso?

d) ¿Por qué somos como borregos y actuamos como la masa actúa?

Saludos digitales, Antonio Vegas