Relato-Dibujo (Francisco Gómez y Claudia Repiso)

– Espérate en la puerta, Frasquita.
– ¿Para qué?
– Espera, pronto lo sabrás.
Se escucha un golpe, luego, tres seguidos. Es la seña del cambio de guardia, en ese momento se abren las puertas para que entre el relevo.
Un hombre sale corriendo hacia afuera, se funde en un abrazo y centenares de besos con mujer y su hija, recién nacida, a la que acaba de conocer. Justo detrás de ellos la mirada atónita del resto de los presos y militares encargados de la seguridad de la cárcel. Con el semblante sereno vuelve sobre sus pasos hasta su celda.
No era la hora del cambio de guardia. Aquél hombre había descubierto la clave para abrazar a su hija. Nunca se tomaron represalias por un acto tan humano.

Enemigos íntimos

Anveger: ¿Existe la felicidad? ¿Qué es?

Psametiko: Desde mi punto de vista la felicidad es una utopía instalada en la mente humana. Pues siempre que tenga el hombre la idea de felicidad presente será infeliz, debido a que la vida está llena de pequeños detalles que pueden mejorarse cada vez más.Puesto que la felicidad suprema es imposible, la felicidad es apreciar cuanto se tiene en un momento determinado, libre de miedo ante el futuro.

Anveger: Entonces me estas diciendo que la felicidad no existe como tal. Y que intentar ser feliz es ser infeliz, ya que intentar ser feliz es alcanzar algo que tú no tienes.

Psametiko: Por supuesto, dado que la búsqueda exacerbada de la felicidad conlleva directamente a la infelicidad. Por ejemplo si persona está en continua búsqueda de la felicidad y tiene un puesto de trabajo, una familia en buen estado de salud… se quejará y dirá que quiere que le toque la lotería para no volver a trabajar, se quejará del horario del trabajo, del ruido que hacen los niños mientras que duerme la siesta…se sentirá infeliz. Por el contrario una persona que es feliz con lo que posee, disfrutará de su trabajo porque sabe que tiene la suerte de tenerlo y más aun si su familia disfruta de un estado óptimo de salud.

Anveger: Entonces estaríamos hablando de dos búsqudas de la felicidad: una directa y otra indirecta. La directa sería buscar la felicidad de un modo superficial, es decir, creer que ser feliz es aumentar en placer. La indirecta es más profunda y consistiría en buscar la felicidad conformándose uno con lo que tiene sin mirar al futuro. ¿Podríamos decir esto?

Psametiko: No precisamete, la búsqueda en sí es la misma. El problema está en que la mayoría de las personas siempre busca más de lo que tiene, consecuencia directa del sistema consumista y materialista en el que nos encontramos el mundo occidental.

Anveger: Pero, hace un momento, estabas diciendo que la búsqueda de la felicidad conlleva a la infelicidad. Si consideramos que si no se es feliz, se es infeliz y si no se es infeliz, se es feliz. Por tanto, uno tiene que ser o feliz o infeliz. Si buscar la felicidad nos conlleva a la infelicidad, entonces para encontrarla debemos no buscarla. En resolución, necesariamente se es feliz o infeliz y, según lo que hemos afirmado, para ser feliz hay que no buscarlo. Esto último es a lo que yo le llamo búsqueda indirecta de la felicidad.

Psametiko: Exacto, pero en ningún momento he dicho que sea necesaria una búsqueda propiamente dicha. ¿Dónde crees que se encuentra la verdadera esencia de la felicidad?

Anveger: Considero que la esencia de la felicidad está en la autosuficiencia, en no necesitar nada más que a tí mismo. Que nada exterior pueda afectarte en ningún sentido, pero eso me temo que es dificilísimo, entre otras cosas, porque las personas nos necesitamos unas de otras…

Psametiko: De ser así ¿podemos creer en sentimientos tales como la amistad o el amor?

Antonio: No puedo aseverar si tales sentimientos son inherentes al ser humano o si, por el contrario, son impuestos por los demás. Pero, en cualquier caso, estos sentimientos mantienen a la sociedad viva, sin la amistad o sin el amor todos los sistemas humanos, económicos desaparecerían. Pero, si nos adentramos en el individuo, ¿el amor y la amistad aporta beneficios al ser humano? ¿aporta también perjuicios como las peleas? ¿es mejor no tener a nadie y no pelearse o es mejor tener a alguien incluyendo las peleas? En mi opinión, hay que diferenciar entre personas, es decir, seleccionar los amigos para intentar tener el menor grado de insatisfación posible. Por tanto, tanto la sociedad como el individuo se ve favorecida por esos sentimientos, pero la clave para tener el máximo grado de beneficios y que no nos perjudiques esos sentimientos está en la misma libertad: en elegir a los amigos, los amores, …

Psametiko: Yo pienso que el problema está en la clase de personas con las que nos rodeamos, dado que podemos considerar que entre dos personas hay una amistad muy grande incluso uno de ellos lo piensa y actúa en consecuencia, mientras el otro ni si quiera es consciente de la situación. En cuanto al tema del amor, si es cierto que puede provocar peleas, pero como tu bien dices en otras ocasiones, mejor tener algo que no tener nada. Por lo tanto ¿Que sentimiento mas grande sentir en el mundo, aunque sea para mal, que el amor?

Anveger: Pues sí. Mi conclusión, relacionando todo lo que hemos hablado, es que la felicidad tiene su esencia en que nada exterior te afecte, es decir, en desarrollar un carácter fuerte que nada te haga daño pero, en cambio, te beneficie. En suma, ser feliz contigo mismo únicamente, pero añadiendo las relaciones humanas.

Psametiko: Efectivamente, me ha encantado debatir este tema contigo. ¡Hasta otra!

San Valentín: Verdad y leyenda

14 de Febrero, en muchos lugares de Occidente éste es el Día de los Enamorados.  Como aquí, y creo que en el resto del mundo, tenemos la bonita costumbre de celebrar las fiestas sin buscarle un porqué, voy a intentar viajar en el tiempo para darles una explicación.

Corría el siglo III d.C cuando nació en el imperio romano un sacerdote llamado San Valentín. Estamos hablando de una época de persecución contra el cristianismo. En estos momentos estaba prohibido el matrimonio para los soldados, ya que existía la idea de que los soldados solteros rendirían mucho mejor en el combate que aquellos que tuvieran familia. Entonces fue cuando surgió San Valentín. Su función consistía en casar a las parejas que lo tenían prohibido mediante una ceremonia cristiana. El sacerdote fue ganando fama por toda la ciudad hasta que el emperador Claudio II se interesó por él y lo convocó ante sí. Una vez realizada la visita, un lugarteniente llamado Asterius lo puso a prueba. Tenía una hija ciega y le pidió que le curara la ceguera. Y lo consiguió, Pero, aun así, lo mandaron ejecutar un 14 de Febrero. Hasta aquí la vida de San Valentín.

Más tarde, en la Inglaterra de la Edad Media se comenzaron a realizar las primeras celebraciones de este significativo día. De Inglaterra se fue extendiendo a otros países, como una tradición más, durante los siglos XVII y XVIII. Más tarde llegaría a los Estados Unidos, y aquí fue cuando comenzó el espectáculo.

Llegó el siglo XX y empezamos a recibir la influencia masiva estadounidense. Así, países de todo el Occidente latino, que no celebraban esta tradición, empezaron a adoptar la fiesta.

En la actualidad, nos venden este día como el único para demostrarle el amor a nuestra pareja. Nosotros, como buenos borreguitos, aceptamos con la más descarada hipocresía la orden. Y aquí es cuando llega mi reflexión.

En primer lugar, yo no celebro esta fiesta por varios motivos:

Primero, es una fiesta cristiana, y como yo no lo soy, no tengo la cara dura de celebrarlo.

Segundo: Esta tradición es fundamentalmente anglosajona, pero yo he nacido y me he criado en España que, aunque también es romana, no recibió tal tradición.

Y por último: Demostrarle amor a la pareja es algo que se debe hacer todos los días, si no, no es amor. Y si uno quiere escoger un día para dedicárselo exclusivamente a la persona amada, elige o bien un aniversario, o cualquier día al azar, no el que te dicte la propaganda.

Yo, no lo he celebrado este año ni ninguno anterior. Respeto a quienes lo hacen y conocen su origen, al igual que a los españoles que se siente anglosajones, que me parece perfecto. Pero por lo menos, que se sepa lo que se hace.

El dueño de la herida.

¿Quién es el dueño de una carta: el remitente, o el destinatario? Quizá el correo, en su trayecto al menos. ¿Quién es el dueño de la herida: el que la causa, o el que la padece? ¿No son caras los dos de una misma moneda? O quizá el dueño es el sentimiento que les clava su dardo. Quien ama, quien es amado y el amor: ese arquero que los llaga a ambos, ese puente levadizo en que se encuentran y se desencuentran… El dueño de la herida es el verdugo y es la víctima; es el idólatra y es su ídolo; pero, sobre todo, aquello que los vincula o los enfrenta, sea cual sea su nombre. Porque hay amores que no saben el suyo verdadero.

Introducción de el libro El dueño de la herida de Antonio Gala, Chapó .

Dosis de inconformismo

Mi realidad es mas valiosa que todas las opiniones, mi esencia supera a mi apariencia. Por mucho que me valoren, siempre seré más.

A veces, quiero ser como yo soy, pero nunca lo consigo. Por mucho que cambie siempre seguiré siendo el mismo, sobre todo, aparentemente.

No quiero ser neutral. Quiero alegría o tristeza pero no el cero emocional. Quiero reír de tanto llorar.

A veces amo y a veces odio pero los dos sentimientos tienen algo (demasiado) en común.

Quiero arrepentirme o alegrarme, quiero el pasado o el futuro, pero jamás el presente.

Saludos digitales, Antonio Vegas

Fulgor de centella. Psametiko.

El fulgor de una centella

al rasgar en dos el cielo,

los latidos desbocados

al compás de nuestros besos.

Fueron segundos, segundos

tan fugaces y eternos

cuando al alzar la vista,

solo quedó estremecernos.

Donde antes seda lisa,

ahora rugo cuero;

nos miramos mutuamente,

y habló nuestro silencio.

 

Espero que os guste mi último romance y sobre todo… os haga reflexionar.