Capitalismo: Un sistema a la cabeza (VIII)

Libertad, motor del progreso (III): propiedad privada, privatización y mano invisible.

Otro de los principios en los que se basa el sistema capitalista es en la confianza de la libertad individual, por encima del paternalismo. El individualismo será más eficiente, tanto económicamente como socialmente, que cualquier decisión adoptada por una oligarquía.

Si dividimos los recursos mundiales entre el número de personas que pueblan la Tierra y le otorgamos a cada uno su proporción correspondiente para su usufructo, el mundo funcionará mejor que si todos los recursos en su totalidad pertenecen, comunalmente, a todos los individuos.

En primer lugar, estamos programados para ser únicos, lo que significa que unos trabajarán más que otros, se esforzarán más; en consecuencia, los que trabajen más, los que más beneficien al mundo, deberán ser recompensados en la proporción exacta a su contribución, ya que, de lo contrario, nadie tendría incentivos para perfeccionar el mundo. Se trata de identificar enrriquecimiento personal con el enrriquecimiento social: si una persona aumenta el bienestar o la potencialidad vital de la sociedad, ésta debe enrriquecerse, precisamente, por enrriquecer a la sociedad.  Sin entrar en el debate de quién enrriquece más o menos, lo que es taxativo es que el trabajo intelectual aporta unos beneficios inconmensurables, pues las buenas ideas son eternas y muy escasas (requieren mayor esfuerzo y mérito).

Así como un estudiante que se despreocupa por sus exámenes y recibe una nota baja y el que se preocupa y obtiene una nota alta, el trabajador (o persona) que más trabaje y más beneficie al mundo deberá ser compensado en la misma proporción. Esto es indudable.

Empresa, corazón del organismo social.

Esto es lo que ocurre actualmente con las empresas. Sin embargo, muchos no lo ven así. Los más extremistas llegan incluso a afirmar que «las grandes empresas se convierten en organizaciones criminales, las organizaciones criminales en grandes empresas y la economía en la imposibilidad de distinguirlas». Pero, nada más lejos de la realidad. Las organizaciones criminales ejercen el poder coactivo (por ejemplo, el terror o la violencia) para conseguir sus objetivos, mientras que cualquier empresa intenta aumentar el valor añadido de la sociedad, satisfacer necesidades latentes (¡ojo!, no crearlas), que la demanda se sienta atraída por el output de la empresa. En este sentido empresarial, en el capitalismo, se producen relaciones de intercambio (entre empresarios y consumidores) que benefician a ambas partes; los consumidores se ven beneficiados por la creación de valor (por ejemplo, de simples recursos naturales, se obtiene un teléfono móvil para podernos comunicar a distancia) y los empresarios se ven también beneficiados directamente por los ingresos e indirectamente por su capacidad de crear riqueza.

Este es el resultado de la propiedad privada, de repartir el mundo entre individuos en lugar de compartirlo todo comunalmente. Es, además, coherente, pues sabemos que el ser humano es autoconsciente, lo que implica finalmente en la necesidad de propiedad privada. ¿Por qué, si no, las moras de los parques públicos se arrancan antes que en la propiedad privada? ¿Por qué, si no, la calle está más descuidada que la propia casa? ¿Por qué, si no, un batido compartido se acaba antes que si cada uno se bebiera su parte por separado?

Por ejemplo, las empresas públicas (RENFE, Correos, Aena, etc.) no son eficientes: pertenecen a todos, es decir, a nadie. Mientras Inditex intenta, por todos los motivos, aumentar el bienestar del cliente para que acuda a su tienda (y, así, obtener los consiguientes beneficios), RENFE no tendrá estos incentivos (los de mejorar a la sociedad, para obtener beneficios) porque, en primer lugar, las empresas públicas están cercanas al monopolio y, en segundo lugar, las pérdidas de estas empresas son sufragadas por el propio Estado. En definitiva, la función empresarial, de competencia, de obtener beneficios, de crear y entregar valor al cliente, no será prioritaria. Por este motivo, a todos los individuos les conviene la privatización.

En definitiva, este sistema funciona por la libertad que existe, la cual, permite intercambios libres entre dos partes, que se benefician mútuamente. En un sistema capitalista, el cliente y el dependiente, en la transacción, se darán mútuamente las gracias (literalmente), mientras que en otros sistemas se debe aceptar lo impuesto a veces a regañadientes.

¡Hay que hablar bien por uebos!

No se asusten ustedes; tranquilícense, que el título de esta entrada no atenta ni contra la ortografía académica oficial, ni contra las formas o costumbres bienhablantes al uso. Concluirán una vez más que «no hay palabra mal dicha si no es mal interpretada»

Hace muy pocos años, los medios de comunicación divulgaron una curiosísima noticia. Un juez se querelló por desacato contra un abogado porque éste le había espetado algo así como que la sentencia que acababa de dictar debía ser revocada «por huevos»; o al menos eso es lo que entendió el susodicho juez, ya que el abogado negó cualquier actitud irrespetuosa y, amparándose en el DRAE, puntualizó que lo que él había dicho era que la sentencia en cuestión debía ser revocada «por uebos», así, sin hache y con be.

Efectivamente, el DRAE recoge el vocablo uebos y lo define como «necesidad, cosa necesaria» Se trata de un arcaísmo cuyo origen etimológico se encuentra en la palabra latina opus, que con el verbo esse y un dativo adquiría en la lengua de Horacio el valor semántico de ‘necesidad’. En esta misma estructura, calcada del latín, lo encontramos en el castellano antiguo en frases como «uebos me es» (literalmente, ‘es necesidad para mí’, es decir, ‘necesito’): nunqua lis era uebos buscar otra mengía (‘nunca necesitaban buscar otra medicina’), escribe Berceo en la Vida de San Millán. De ahí pasó a usarse, con el mismo valor, en cualquier otra construcción sintáctica: Nos huebos avemos en todo de ganar algo (‘nosotros necesitamos tener ganancias en todo’), leemos en el Poema de Mio Cid; posibilidad que ya tenía opus en los textos latinos o semirromanceados de la Edad Media: per ad opus de illo señor (‘para las necesidades del señor’) se redacta en el Fuero de Logroño, de 1095.

Como se ve, en los textos medievales nuestra palabra aparece escrita sin hache y con ella. Por eso el DRAE la admite de las dos formas, si bien prefiere uebos por ser la grafía más antigua y, sobre todo, por marcar más claramente las diferencias con huevos.

En conclusión: cuando tenga usted ganas de desahogarse sin quedar mal, suelte un «uebos» fuerte y sonoro. Se sentirá mejor. Pero ¡ojo!: especifique que se escribe sin hache y, sobre todo, con be. Así, sus oyentes no tendrán más remedio que considerarlo como persona culta y bienhablada. Y es que hay que hablar bien por necesidad, o sea, por uebos.

La estupidez humana.

Hola a todos. En primer lugar, debo pediros disculpas ya que llevo un cierto tiempo sin publicar ningún artículo.

Los cánones de belleza por da Vinci.

A todos los individuos humanos nos gusta  compa-rarnos con el resto de animales y, de esta forma, salir beneficiados de dicha comparación. Pero los científicos han buscado la diferencia entre el hombre y el animal, algo que solo tenga el ser humano. Primero, esa diferencia parecía estar en la inteligencia pero, al poco tiempo, se descubrió en mamíferos como el delfín y el mono. En segundo lugar, la diferencia parecía estar en algo muy relacionado con lo anterior: el raciocinio, un proceso cognitivo muy complejo. Pues bien, la razón también es propia de los animales. Por último, cuando ya casi todos pensaban que la diferencia estaba en el empatía, la ciencia demostró de nuevo que todos los mamíferos no solamente son empáticos sino que están sincronizados entre ellos. Si un mono bosteza, los que están al lado también lo harán.

En conclusión, no hay nada distinto entre los animales y las personas. La diferencia no es cualitativa sinocuantitativa. No tenemos nada especia pero sí somos más inteligentes, más racionales y más empáticos aunque para ser malo necesariamente hay que ser inteligente. La combinación de estos tres aspectos nos aporta el libre albedrío, la libertad. El ser humano es, por naturaleza, el ser más libre que existe, podemos hacer lo que queramos pero, sin embargo, un animal está sometido a sus instintos.

La libertad conlleva a la responsabilidad, no es igual de responsable un ser humano que mata a un animal que mata instintivamente porque el hombre conocía las consecuencias de sus actos y tenía libertad para elegir matar o no. Como vemos, la libertad nos hace más responsables y, en consecuencia, tenemos que actuar –muchas veces no lo hacemos– con responsabilidad. A mi modo de ver, esta es la gran diferencia entre nosotros y los animales.

Esta diferencia es la que genera la estupidez humana. Cuando realizamos un determinado acto como, por ejemplo, un incendio somos libres de elegir encender el fuego o no y, además, conocemos las consecuencias de nuestros actos y, aun así, actuamos con estupidez.

Hay un determinado caso que puede ser un arma de doble filo: la ignorancia. Cuando ignoramos las consecuencias de nuestros actos no somos responsables y, por tanto, no somos estúpidos sino ignorantes –ser ignorante es preferible a ser estúpido–. Pero el otro filo del arma está en la doble ignorancia, el ser humano es el único que ignora por dos veces. Demasiadas veces creemos que sabemos cuando no sabemos o, dicho de otra forma, ignoramos nuestra propia ignorancia –cosa que no ocurre en el reino animal–, es decir, somos ignorantes al cuadrado.

Pero, y por si todo esto fuera poco, otro motivo para autocalificarnos de estúpidos es el empecinamiento que proviene directamente de la hipocresía. Aunque nos demuestren algo seguimos creyendo lo contrario. Además, tropezamos más de una vez con la misma piedra.

Para mí, el origen de la estupidez humana está en un tipo de hipocresía que abunda entre nosotros: en tener un doble rasero que cambiamos cuando nos conviene. Por un lado, nos creemos superiores, más inteligentes pero, cuando nos conviene, nos quitamos la responsabilidad alegando razones que atenúan lo anterior.

¿Podrá lo que nos ha llevado a la estupidez –la libertad– sacarnos de ella?

Saludos digitales, Antonio Vegas.



¡El blog se renueva!

Como podréis observar, sobre todo los lectores mas habituales, el blog va evolucionando muy rápidamente. Hoy es uno de los días con más renovación de todos. Debido a la gran cantidad de temas que trata este blog y van en aumento me he visto obligado a crear una página de secciones temáticas para reunir todos los temas y hacer mucho más fácil su acceso, lectura y escritura. Para que sea todavía más accesible he colocado en la parte superior de la barra lateral una imagen con un enlace a la página de secciones. La nueva página trae consigo una nueva sección: fotografía, sección que se desarrollará en un segundo blog, en blogger, de Vegas Blog para que la página principal, la de wordpress, no esté tan recargada de entradas. Esto es muy útil ya que un gran número de personas que prefieren visitar fotografías y descargarlas en vez de leerlas así que al tener dos páginas tendremos bien diferenciados a los lectores. El blog está evolucionando hacia una experiencia más sencilla y visual, optando por los enlaces por imágenes en lugar de por texto. En cuanto a las opciones de discusión se ha mejorado la forma de los comentarios y se ha añadido al final de cada entrada una opción para valorarlas. También debo decir que se ha habierto otra página nueva: filmoteca, esta nueva página se dedicará a recomendaciones de películas, al igual que lo hacemos con las recomendaciones de libros.

Espero que os gusten los nuevos cambios del blog y pronto vendrán nuevos cambios.

Saludos digitales, Administrador.

Poesía matemática

Examinemos una mañana de niebla la red que se ha construido durante la noche. Los hilos pegajosos están cargados de gotitas y, combándose bajo su carga, se han convertido en multitud de catenarias dispuestas en orden exquisito. Si el sol atraviesa la niebla, el conjunto se ilumina con fuegos iridiscentes y se convierte en un racimo de diamantes.

El número e ha alcanzado su gloria.

Jean Henry Fabre

Muy poético el párrafo de Fabre, ¿verdad?

¿Cuánto vale la suma de un dónut y un balón?

Extraña pregunta para comenzar la semana, ¿verdad? Vamos a intentar responderla a lo largo de este artículo.

Introducción

La Topología (no confundir con Topografía) es una rama de las matemáticas que podríamos decir que se ocupa de las deformaciones continuas de cuerpos. La cuestión es más o menos como sigue:

En Topología, si podemos convertir un cuerpo en otro mediante una deformación que no implique rotura entonces los dos cuerpos son topológicamente iguales.

Por ejemplo, en Topología una circunferencia y una elipse son iguales (se dice que son homeomorfos). Y, como todo el mundo sabe, un dónut y una taza de café también son iguales. Valga esta imagen (que encontré en este post del blog Topología I) como ejemplo de ello:

Un dónut es igual a una taza de café

Así que ya sabéis, si alguna vez coincidís desayunando con un profesor de Topología y veis que está mordiendo la taza e intentando beber de un dónut no os extrañéis y echadle una mano porque no sabe distinguirlos.

Y hasta un conejito es igual a una esfera (gracias Acho):

http://www.youtube.com/watch?v=lWVZtpELT90&feature=player_embedded

Introducido ya el tema de la deformación de cuerpos vamos a plantearnos cómo podemos sumarlos. En principio sabemos sumar números, pero también conocemos cómo se suman matrices del mismo orden (sumando las entradas de cada una de ellas que están en la misma posición), polinomios (sumando los coeficientes de los monomios de mismo grado) o funciones en general. Pero ¿podemos sumar superficies? En Topoplogía .

Suma conexa

Antes de nada quiero aclarar que aunque todo lo que vamos a explicar aquí puede extenderse a dimensiones mayores nosotros nos vamos a centrar en superficies en tres dimensiones (para los puristas, espacios topológicos y espácios topológicos cocientes definidos en \mathbb{R}^3).

Vamos a ver un ejemplo a partir del cual se verá cuál es la forma de sumar superficies:

  • Supongamos que queremos sumar (topológicamente hablando) dos esferas. Trazamos una circunferencia en la superficie de una de ellas y recortamos con unas tijeras el trozo de esfera que queda dentro de la circunferencia. Después hacemos lo mismo en la otra esfera. Tenemos dos esferas a las que les hemos quitado un trozo de su superficie. Lo que hacemos ahora es estirar las esferas lo que haga falta para poder pegarlas por los bordes que han dejado los agujeros. En principio habríamos obtenido una figura extraña, sin una forma aparentemente reconocible. Pero como la Topología nos permite deformar las cosas (sin romperlas), deformamos dicha figura hasta darle una forma redondeada (imaginemos que la figura resultante es un globo y lo que hacemos es inflarlo, como en una de las imágenes anteriores). ¿Cuál es el resultado? Pues, evidentemente, otra esfera.

Puede que este vídeo nos deje la idea aún más clara:

http://www.youtube.com/watch?v=5TJBhZfFL0A&feature=player_embedded

En esto básicamente es en lo que consiste la suma de superficies, denominada suma conexa:

Dadas dos superficies S_1S_2, la suma conexa de ellas, que denotaremos por S_1#S_2, es otra superficie que se construye eliminando de cada una de ellas un trozo homeomorfo a un disco de \mathbb{R}^2 y pegando los cuerpos resultantes por los bordes dejados por cada uno de los trozos.

Así definida, esta operación es conmutativa (es evidente que S_1#S_2=S_2#S_1) y asociativa(también es claro que (S_1#S_2)#S_3=S_1#(S_2#S_3)). Pero además también tiene elemento neutro:la esfera \mathbb{S}_2 (la esfera en tres dimensiones de toda la vida). Si realizamos la suma conexa de una superficie cualquiera S\mathbb{S}^2 obtenemos otra vez la superficie S, ya que al pegar los cuerpos resultantes de eliminar los discos de cada una de ellas podemos deformar la superficie obtenida hasta conseguir la superficie S inicial.

Asociativa, conmutativa, posee elemento neutro…¿A qué suena esto? A grupo, ¿verdad? Pues por desgracia falla la otra propiedad: la suma conexa de superficie no posee elemento opuesto. Esto es, en general dada una superficie cualquiera S de \mathbb{R}^3 no podemos encontrar otra superficie S^\prime tal que S#S^\prime=\mathbb{S}^2 (es decir, que su suma conexa sea el elemento neutro, la esfera). Por ello el conjunto de todas las superficies de \mathbb{R}^3 con la operación suma conexa no es un grupo, sino unsemigrupo.

Hemos comentado antes que lo que se hace es trazar una circunferencia en cada una de las superficies, para después eliminar el trozo interior a ella. Pero ni siquiera hace falta que sea una circunferencia. De hecho puede ser cualquier curva cerrada que no se corte a si misma (este tipo de curvas se denominan simples), ya que después podemos deformar la superficie para pegar los dos bordes. Además también da igual cómo las peguemos. Esto es:

La suma conexa de dos superficies no depende ni de la curva elegida ni de la forma de pegarlas.

Algunos otros ejemplos son los siguiente:

  • Respondiendo a la pregunta que titula este artículo, la suma conexa de un dónut y un balón es un dónut.
  • La suma conexa de dos toros (dónuts) lo que obtenemos es un toro con dos agujeros. Por ello, si hacemos la suma conexa de un toro con dos agujeros y otro con uno el resultado es un toro con tres agujeros:Suma conexa de un toro y un 2-toro
    Imagen tomada de la Wikipedia en español
  • La suma conexa de dos planos proyectivos \mathbb{R} \mathbb{P}^2 es una botella de Klein.
  • La suma conexa de un toro y un plano proyectivo es igual a la suma conexa de tres planos proyectivos.

Y para terminar este artículo os dejo un teorema muy importante en Topología relacionado con este tema:

Teorema: (de clasificación de superficies compactas)

Toda superficie compacta es homeomorfa a una esfera, a una suma conexa de toros o a una suma conexa de planos proyectivos.

Es decir, toda superficie compacta de \mathbb{R}^3 que se nos ocurra puede deformarse (sin romperla) hasta convertirla en una esfera, en una superficie tipo toro con un cierto número de agujeros o en una superficie obtenida de realizar la suma conexa de un cierto número de planos proyectivos.

Este tipo de resultados es muy importante ya que nos dice la forma exacta de los elementos que podemos encontrarnos. En este caso, topológicamente hablando, se podría decir que sólo existen esos tres tipos de superficies compactas. Para estudios con superficies el conocimiento de este hecho es esencial.

Fuente: Gaussianos

WTF??¡¡- Nueva sección

Blog vegas crece gracias a todos vosotros. Hoy este blog inagura una nueva sección, la sección WTF’¡  que no se dedicará principalmente escribir sino a colgar fotos graciosas y clásicos FAIL. Hay asegurada, como mínimo, una entrada WTF¡  por cada dos días.

Espero que les guste y ojalá sigamos creciendo.

Prototipo de un WTF?

¿Existe el movimiento?

Hacía mucho que no me planteaba volver a escribir en la página y hoy vengo con otro tema interesante para pocos y estúpido para la multitud.

Parménides de Elea planteó ya hace mucho tiempo que su teoría del ser que el ser era inamovible y que por tanto, el movimiento no existe.

Pues bien, la idea de que el movimiento no existe puede parecer una idea ambigüa o estúpida a primera vista pero si nos adentramos en un nivel más de pensamiento nos parecerá todo lo contrario. ¿Cómo alguien puede percibir que se mueve? pues porque percibe que mientras camina, por ejemplo, ve como todo se queda atrás y va avanzando con respecto a todo lo que vé. Podríamos decir que alguien se mueve observando que todo su alrededor no se mueve, es decir, todo se mueve con respecto a otra cosa.

Ahora bien, imaginemos que mientras que avanzas todo avanza a la misma velocidad que tú, como cuando alguien intenta recorer una escarela mecánica en sentido contrario, nos damos cuenta de que no nos movemos. Imaginemos también que no existiera nada excepto alguien, ¿Podríamos decir que se mueve? La respuesta es no porque no hay punto de referencia.

El discípulo de Parménides, Zenón de Elea, llegó a demostrar matemáticamente que el movimiento no existe y hasta la fecha la demostración matemática es verdadera. Pero muchos dicen: «El movimiento se demuestra caminando», pues bien podríamos llegar a la conclusión de que el movimiento intrínseco o por sí mismo no existe, pero en el momento que interviene un punto de referencia si se puede hablar de moverse respecto a algo.

Un saludo, espero seguir escribiendo temas que me gusten.