Estilo Sabina.

Desempolvando viejos vídeos del flaco, encontré una entrevista del año 1999 en Canal + con motivo de su concierto 19 días y 500 noches, en el que de una forma magistral define el romanticismo.

El romanticismo es… desde luego el sexo con amor es lo mejor muy rara avis, muy difícil de encontrar. Inmediatamente después del sexo con amor, que es lo que yo prefiero, está el sexo y luego el amor. Generalmente se da el amor sin sexo o el sexo sin amor las dos cosas están bien, si se juntan es estupendo, pero es un milagro. Y como uno no puede aspirar a los milagros cuando un amigo mio o una amiga mía me dicen «es que estaba enamorado de esta chica ¿y ahroa que hago?» digo pues ahora vete a la cama con otras las que no estés enamorado, es mucho mejor que estar solo y si otra vez te aparece el sexo con amor brindamos con champán pero no es frecuente.

Tras la bandera.

Sumido en este verano vuvuzélico y rojigualdo, en el que el calor es sólo un tópico, el mundo se ha vuelto loco. Os cuento.

En mis 18 años de vida, he vivido 5 mundiales de los cuales 4 recuerdo como si fuesen ayer: Francia 98′, Corea y Japón 02′, Alemania 06′, Sudáfrica 10′. En los anteriores encuentros mundialistas nunca había visto tanta ilusión en la selección nacional como la presente, puede que los miembros del combinado nacional tuviesen menos calidad que los actuales (lo que no asegura el fracaso ni el éxito, en el mundo del fútbol nunca se sabe) o que las principales potencias Brasil, Argentina, Italia se encontrasen en un momento álgido. Nuestra participación en la Copa del Mundo era una anécdota.

La conquista española de la Eurocopa de 08′ inyectó una dosis de optimismo extra a una excepcional plantilla que enamoraba allá donde jugaba, dejadme que os cuente, bordaban el fútbol como ninguna escuadra de la historia lo había hecho nunca. Los amistosos y partidos de clasificación para el mundial fueron puros trámites donde el aficcionado al deporte rey presenció lo que buscaba: goles, espectáculo y deportividad. Tan solo un punto negro,  derrota de la Copa Confederaciones a mano de EEUU, en tan impecable trayectoria.

Todo normal, hasta que sonó el silbato del árbitro en el partido inaugural en el estadio Soccer City Stadium. Las banderas empezaron a invadir balcones, coches, incluso estados de redes sociales, España entera se dibujó rojigualda. En un país normal, este acto hubiese sido normal pero hay que aclarar que esto es España donde nos apuntamos al carro ganador para proclamar ideales reprimidos por una sociedad avanzada, propia del S.XXI, en la que muchos individuos reniegan de sus ideas encubriéndolas con excusas deportivas. El icono nacional, la bandera nacional, ha pasado en pocos días ha ser el orgullo del mundo cuando hace apenas dos meses una serie de individuos, dueños de la misma bandera, sentaban en el banquillo de los acusados a un juez que hacía su trabajo; luchar por la libertad. Incluso balcones y coches que proclamaban «La tercera» ondean tres franjas en las que, si no me he vuelto daltónico, falta un color.

Pero claro, tanta euforia desatada no es cuestión de los dotes futbolísticos de la selección española, no se engañen. Es el fruto de un periodo decadente en el que la población necesita agarrarse a un clavo ardiendo para no sentir que cae al vacío; es fruto de la crisis político-económica.

Pensándolo bien todo sigue igual La Roja, con bandera rojigualda en las calzonas.

¡Hay que hablar bien por uebos!

No se asusten ustedes; tranquilícense, que el título de esta entrada no atenta ni contra la ortografía académica oficial, ni contra las formas o costumbres bienhablantes al uso. Concluirán una vez más que «no hay palabra mal dicha si no es mal interpretada»

Hace muy pocos años, los medios de comunicación divulgaron una curiosísima noticia. Un juez se querelló por desacato contra un abogado porque éste le había espetado algo así como que la sentencia que acababa de dictar debía ser revocada «por huevos»; o al menos eso es lo que entendió el susodicho juez, ya que el abogado negó cualquier actitud irrespetuosa y, amparándose en el DRAE, puntualizó que lo que él había dicho era que la sentencia en cuestión debía ser revocada «por uebos», así, sin hache y con be.

Efectivamente, el DRAE recoge el vocablo uebos y lo define como «necesidad, cosa necesaria» Se trata de un arcaísmo cuyo origen etimológico se encuentra en la palabra latina opus, que con el verbo esse y un dativo adquiría en la lengua de Horacio el valor semántico de ‘necesidad’. En esta misma estructura, calcada del latín, lo encontramos en el castellano antiguo en frases como «uebos me es» (literalmente, ‘es necesidad para mí’, es decir, ‘necesito’): nunqua lis era uebos buscar otra mengía (‘nunca necesitaban buscar otra medicina’), escribe Berceo en la Vida de San Millán. De ahí pasó a usarse, con el mismo valor, en cualquier otra construcción sintáctica: Nos huebos avemos en todo de ganar algo (‘nosotros necesitamos tener ganancias en todo’), leemos en el Poema de Mio Cid; posibilidad que ya tenía opus en los textos latinos o semirromanceados de la Edad Media: per ad opus de illo señor (‘para las necesidades del señor’) se redacta en el Fuero de Logroño, de 1095.

Como se ve, en los textos medievales nuestra palabra aparece escrita sin hache y con ella. Por eso el DRAE la admite de las dos formas, si bien prefiere uebos por ser la grafía más antigua y, sobre todo, por marcar más claramente las diferencias con huevos.

En conclusión: cuando tenga usted ganas de desahogarse sin quedar mal, suelte un «uebos» fuerte y sonoro. Se sentirá mejor. Pero ¡ojo!: especifique que se escribe sin hache y, sobre todo, con be. Así, sus oyentes no tendrán más remedio que considerarlo como persona culta y bienhablada. Y es que hay que hablar bien por necesidad, o sea, por uebos.

Cuando ser feo es una ventaja.

Hoy traigo una captura de las entrañas de este blog, que cuanto menos me parece curiosa.

La cuestión es nuestra obsesión por la apariencia física, nos dejamos el pellejo en los gimnasios, el dinero en cosméticos, pasamos hambre por culpa de la báscula y lo que comemos es pura porquería por miedo a engordar. Pues bien si todo esto lo hacen ustedes para captar miradas dejen de hacerlo, no sirve para nada. Y no esperen que yo suelte un tópico de «la belleza está en el interior» ni ningun consuelo para desconsolados. Es que desde que hace unos meses colgé la foto de Joaquín Sabina desnudo, todos los días recibimos varias visitas enlazadas desde google con estas palabras:

El flaco debe estar muy contento de no haber pisado un gimnasio en su vida, haberse bebido,  fumado la vida y que encima las féminas de este país lo busquen desnudo por internet.

                                                                 Grande Maestro, Grande Sabina. 

¡Viva la (in)cultura!

Dibujo

¿Mi calle, algo raro en ella?

Si no se han dado cuenta (duelen los ojos para no darse) han escrito Lope de Vega con Z. ¿Se puede permitir que un ayuntamiento escriba el nombre de uno de los escritores mas ilustres de nuestro país con semejante falta de ortografía? la respuesta es…no.

Y el colmo de los colmos es que quedan calles todavía SIGLO XXI con nombre de generales del franquismo y esos sin falta de ortografía.

Pero como este país es así, lleno de analfabetos cúbicos que están en cargos que no se merecen…asi nos va.  Yo mientras el país se hunde con semejantes ineptos yo estaré leyendo a Lopez de Vega.

Un futuro muy cierto: 2159

El tema del futuro me apasiona siempre desde pequeño me he sentido maravillado con el futurismo no paro de leer y buscar información. Me encantaría viajar al futuro (leí y ví en un documental que en un futuro se podrá y que ya se ha viajado pero milésimas de segundo) y ver como sería todo.

Hoy voy a tratar sobre este tema y voy a ser algo radical y me colocaré en el año 2159, 150 años más. Iré avanzando años y narrando lo que sucederá hasta llegar al 2159.

Año 2009: Se descubre que hay agua en muchas zonas del sistema solar y se descubre vida en forma de microbios en un exoplaneta.

Cada día el avanze en todos los campos es más acelerado y cada día se avanza a un ritmo más fuerte, de ahí que cuando pronostiquemos el futuro nos quedemos cortos.

Año 2020: El hombre comienza a construir edificios en la luna y comienza a habituarla para albergar vida en este satélite. También el hombre llega por primera vez a Marte.

Año 2050: La población mundial crece cada vez más rápido en este año la población ha crecido un 50% respecto a 2009, con 12.000 millones de personas. (Predicciones reales, aunque nos quedemos cortos con las predicciones)

Año 2065: En la luna ya hay un conjunto de pequeñas ciudades habitadas, se comienza a construir edificios en Marte. Aparecen nuevas tecnologías que mejoran la calidad de vida del ser humano (en concreto los robots son casi como las personas pero exceptuando que no tienen razón ni conciencia)

Año 2088: La luna está habitada en su totalidad, en el planeta tierra la mayoría de la superficie es ciudad. Desaparece el cáncer como enfermedad gracias a las nuevas mejoras en nanotecnología. Se consigue unificar el electromagnetismo y gravedad como una misma cosa y en consecuencia aparece la dinamo gravitacional que consite en una nave que utiliza la fuerza de la gravedad que genera ella misma como fuerza propulsora.

Año 2100: Desaparecen todos los estados creandose un único estado internacional en la tierra y otro en la luna. Aunque una organización controle a los dos estados. En Marte finaliza la construcción de sus ciudades y comienzan los primeros viajes a Marte. Cabe destacar que el hombre ya ha pisado todos los planetas del sistema solar.

Año 2132: Marte habitado completamente. La conquista del hombre del sistema solar es inminete. ¿Conquistará el universo?. Se descubren nuevos recursos y materias primas en la luna (helio 3, etc.) y en Marte que terminan con el problema de la energía.

Año 2159: El sistema solar se considera como el nuevo hogar para el ser humano y como un nuevo mundo descubriendose