Las pruebas: ¿Por qué tiene que haber asesinos en el PSOE?

Por aquellos inicios del año 2004, la banda terrorista ETA preparaba terreno para lo que vendría después. De hecho, sabemos que un par de semanas antes del 11-M, en pleno mes de febrero de 2004, el comité ejecutivo de ETA ya preparaba las negociaciones que mantendría con el PSOE después de las elecciones. Al etarra José Ignacio Esparza Luri le incautó la policía francesa el acta de aquella reunión, que tuvo lugar a mediados de febrero de 2004. Según las actas intervenidas a Esparza Luri, la dirección de la banda asesina ya planeaba un mes antes de las elecciones el futuro proceso de diálogo con el PSOE, a pesar de que el partido de Zapatero se encontraba en la oposición y todas las encuestas auguraban una de rota en las urnas, con el PP rozando la mayoría absoluta. Pero la documentación de Esparza Luri demuestra que ETA ya sabíaque el PSOE ya iba a ganar las elecciones y que eso les permitiría negociar. En aquella reunión, en la que intervinieron Josu Ternera, alias Mikel Antza, Peio Eskizable y el propio Esparza Luri, se llegó a decidir incluso que el intermediador entre ETA y el PSOE sería el Centro Henri Dunant de Ginebra, la misma organización que acabó haciendo de árbitro durante la negociación política que ETA y Zapatero mantuvieron tras las elecciones.

Los papeles intervenidos a Esparza Luri crean serios interrogantes. ¿Si todas las encuestas daban al PP como vencedor por qué ETA se apresuraba a preparar una negociación con el futuro gobierno socialista? ¿Acaso sabía ETA que se produciría un acontecimiento que provocase semejante vuelco electoral? ¿Y el PSOE qué sabía? Que el lector conteste a estas preguntas, para eso no hay pruebas.

Este no es el único indicio de lo que ETA sabía por esas fechas. El 9 de Marzo, a tan solo dos días de los atentados, la izquierda proetarra repartió en el casco viejo de San Sebastián unas octavillas con el siguiente texto:

«1-14 de Marzo.
Los intereses de los españoles en el punto de mira.
¡¡¡Sabotea la renfe!!!
Espainiari ez!»

Claramente, el PSOE debe mucho a ETA y por eso la colaboración entre ambos (treguas, negociaciones, excarcelaciones,…) no cesan. ¿Ha llegado la política a su extremo? ¿Tiene tanto poder ahora Rubalcaba por su colaboración con ETA?

* Material extraído de La cuarta trama por el abogado en representación de las víctimas del 11-M.

Para más información: http://www.elmundo.es/elmundo/2006/07/02/espana/1151815792.html

«No doy crédito»

Con esta frase iniciaba el presidente del gobierno de España, José Luis Rodriguez Zapatero, la respuesta a la pregunta de si España acabará igual que Grecia. Calificó esta pregunta de «despropósito descomunal», y de «rumores intolerables».

En el momento en el que escuché que «no daba crédito» no lograba discernir la realidad de la fantasía. Pensé, por un momento, que se refería a las empresas españolas a las cuales tampoco da crédito.

Lo que sí es cierto es que, como puede observarse en el vídeo, culpó a estos rumores de ser los culpables de la caída de la bolsa española. Sr. Zapatero: ¿Cómo un «despropósito» de tal magnitud puede hacer caer la bolsa española a los 9.600 puntos? ¿Cómo se puede tachar de «absoluta locura» algo que ha sido expresado por altos responsables económicos?

Dejo para lo último lo más humillante para mí. El presidente de mi país ha afirmado que: «España presenta unos índices de solvencia fuerte». Mire usted, que lo diga alguien que no tenga responsabilidad ni tenga conocimientos puede ocurrir; pero que el presidente de un país afirme que España es solvente con 80.000 millones de euros de déficit me parece un dislate tan tremendo como de esperpéntica es la acción del gobierno. Aquel presidente que dijere que un país es solvente con una deuda per cápita superior a dos mil euros debería ser denunciado por infamia. No solamente miente y engaña, sino que incrementa el daño a su propio país al que no le cuenta la verdad, derrenga la credibilidad de España en la Comunidad Internacional y, por último, acerca a España a la situación de Grecia.

Por lo menos me queda un atisbo de tranquilidad sabiendo que el presidente no se cree lo que está diciendo, ya que al afirmar la susodicha frase irrisoria, él mismo no puede evitar escapársele una ligera sonrrisa.

Señor Presidente, yo tampoco le doy crédito y espero que los españoles tampoco se lo den.