Limitaciones inconscientes

No sé si les sonará este acertijo; pero, si no es así, no se preocupen: hablaremos de él, pues me ayuda sobremanera a ejemplificar lo que hoy quiero trasladar.

El acertijo en cuestión consiste en unir todos los puntos negros que se observan en la imagen superior únicamente con cuatro líneas rectas. Nota: todos los puntos deben estar unidos entre sí, haciéndolo sin levantar el lápiz del papel. Aquellos que no lo hayan intentado nunca, les invito a que lo hagan en una hoja y que lo intenten en multitud de ocasiones. Para comprobar la solución visiten el siguiente enlace: hacer clic aquí

Normalmente la aplastante mayoría de la población, no tanto de nuestros lectores, errarán en el supradicho acertijo, pese a la cantidad de intentos.  Tanto el que lo ha intentado por primera vez, como aquel que ya lo hizo con anterioridad, saben lo que acabo de decir. El ejercicio, a bote pronto simple, es complejo para la mente humana. Y, además, como habrán comprobado, la solución es -una vez que se conoce- muy sencilla. Por eso, cuando el que permanecía absorto intentando hallar la solución, cuando se percata de ella se sorprende: «¿Cómo no se me había ocurrido antes!»

Con este acertijo, les acabo de demostrar que, por naturaleza, damos por cierto algo que es falso. La mente funciona realizando constantes prejuicios para poder, así, instalarnos en una seguridad, imaginada. Por ejemplo, en este caso, cuando nos piden que unamos los nueve puntos con cuatro líneas, inconscientemente la mente prejuzga, creyendo que las líneas no pueden sobrepasar los puntos. Sin embargo, en realidad, nada ni nadie nos debería hacer llegar a esa conclusión: la mente, por sí misma, la elabora.

Es una técnica mental que, igual que sucede en acertijos cono éste, aflora en todos los pensamientos. Por ejemplo, cuando se produce un debate acerca de un concepto mal definido, ocurre exactamente lo mismo que con el acertijo: cada contertulio tiene, intrínsecamente, una definición distinta sobre el concepto a debatir y, aunque crean discutir sobre el mismo concepto, lo hacen sobre diferentes, surgiendo disidencias exageradas. Antes de debatir, hay que definir los conceptos.

Los prejuicios inconscientes a los que nos referimos son multitud y sólo son soslayados por los grandes genios del pensamiento. Por ejemplo, hasta hace poco era un prejuicio inconsciente que el tiempo fuese absoluto, que todas las agujas de todos los relojes estuvieran perfectamente sincronizadas en todos los lugares del universo. No obstante, Einstein destruyó el prejuicio demostrando que el tiempo era relativo.

En este sentido, tienen una enorme razón escritores como Nietzsche o Machado, dando gran importancia a los sueños, a la imaginación, a la niñez. Pues sólo pueden soslayarse las normas mediante la imaginación, una imaginación en demasía. Por ejemplo, para solucionar este acertijo -y despojarnos de prejuicios inconscientes- hubiera bastado con una buena dosis de imaginación. La mente humana -para bien y para mal- está programada para impregnarse de todos los conocimientos vigentes. Por este motivo, los niños contarían con más un mayor grado de acierto en pruebas como esta, que los senescentes.

Todos, sin ninguna excepción, tenemos ideas que jamás hemos sometido a duda, sometemos o someteremos. Vivimos insertos en una realidad que, de cuestionarla, llegaríamos a la autodestrucción; muy cerca estuvo Descartes. En este sentido, el grado de genialidad debería de medirse en función del número de ideas sometidas a duda. Y, así, sin ninguna duda -valga la redundancia, no soy un genio- el mayor de ellos es Sócrates: «Sólo sé que no sé nada».

 

Armas de Manipulación Masiva

Actualmente, son unos de los medios con más repercusión y de los que más calan en la ciudadanía; son los medios con más poder. Bien sea porque el poder corrompa o porque el poder los corrompa, pero las televisiones españolas dejan mucho que desear… Y es que desde que los medios fueron medios; eran sectarios, en algunos casos; vulgarizadores, en otros; y manipuladores, todos. Y bien que hacen su trabajo, los españoles consumimos muchísima televisión, cada día más y peor.

En España, el prime time, la franja horaria de más audiencia, se ha ido retrasando a medida que las cadenas de televisión iban arrojando más escombros. Fenómeno único en el mundo. La hora de más audiencia, desde 1990 hasta ahora, ha aumentado ni más ni menos que una hora y media, colocándose en las 23:30 horas. Esto quiere decir los españoles ven la televi- sión cada vez más tarde.

No solamente se ha aumentado en términos cuantitativos sino en cualitativos y no estoy hablando precisamente de la bolsa. Todos sabemos que la televisión que más vomita es Telecinco. Pues esta cadena es la que se ha hecho en 2010 con el prime time, posesión histórica de televisión española. Otro dato que nos permite analizar la degradación de los medios: la 2 de televisión española es la única que cumple la normativa europea en cuanto a variedad de contenido y horario.

Resulta un tanto curioso que los países que tienen el prime time más tardío son aquellos más retrasados con respecto a la Comunidad Internacional. El prime time mas retrasado -en todos los sentidos- es el español, seguido de Portugal e Italia. En Alemania, Reino Unido, Holanda y Suecia este tramo horario se sitúa entre las 19.30 horas y las 20.15 horas.

La «caja tonta» es muy peligrosa porque ves lo que ponen, no pones lo que ves. Y ponen lo que no tienen que poner, o sea, ves lo que no tienes que ver. Es uno de los motivos del retraso de España porque no se utiliza ni se ha utilizado para educar ni para informar, en la mayoría de los casos, sino que se utiliza para contaminar a la población de una enfermedad muy contagiosa y ya endémica en este país: la estupidez.

Gen(ialidad)

«El saber conduce a la infelicidad pero el genio inventa la felicidad»

El sabio no lo sabe todo, no conoce la felicidad, no sabe ser feliz. Sin embergo, llendo más allá, el genio, el creador, el demiurgo, el artista, no solo sabe ser feliz sino que además se la inventa.