Un juez ante la justicia.

Todo lo que concierne a la guerra civil española, afecta directamente a la ciudadanía. Es un tema que levanta ampollas y esto ha sido aprovechado tanto por políticos –de todas las tendencias–  y jueces tendenciosos. La guerra civil ha sido un pasado trágico con atrocidades cometidas por ambos bandos –republicano y nacional– y que mantuvo y sigue manteniendo a España dividida en dos. En la Transición Española, se realizó la Ley de Amnistía en 1977 para olvidar este pasado e iniciar una nueva etapa política en la que el concepto “dos Españas” no tuviera cabida en la sociedad.

El juez Baltasar Garzón, se ha saltado la ley; el juez ha delinquido saltándose la ley de 1977 con el consiguiente levantamiento de la población, la “clase política” y los medios de comunicación; los tres sectores divididos. Unos optan por defender al juez imputado y otros optan por el amparo a la imputación del juez. Los que defienden a Garzón se resguardan en las leyes que no están inspiradas en la ética o no tienen validez en el contexto actual. Los que denuncian la actitud de Baltasar arguyen que la ley debe ser cumplida por cualquier ciudadano bajo cualquier concepto y máxime si se trata de un juez, un referente para la sociedad.

Los defensores del jienense pretenden que no sea juzgado ni condenado. Ahora bien, podrá ser honesta o no esta ley, podrá ser válida o no; pero es ilegal y la justicia funciona así: aquel que incumple la ley –sea cual sea– debe ser juzgado y condenado. Por tanto, el argumento es inválido.  Primero habría que suprimir la ley y luego se podrá actuar libremente.

Algunos defensores del imputado juez, están convencidos de que hay una persecución contra él. Pues bien, esto ha sido desmentido por el propio abogado de Garzón que dijo: “no hay ninguna persecución contra él pues tiene tres causas pendientes desde tres orígenes distintos”. Efectivamente, tiene tres causas pendientes –negocios con dinero ilícito, escuchas ilegales e incumplimiento de la susodicha ley–. Asimismo, se han publicado artículos alegando que, por el mero hecho de que asociaciones fascistas como Falange Española hayan denunciado al juez, ya la denuncia es inválida. Esta actitud es puramente española. ¡Qué razón tenía Ortega cuando dijo que los españoles hacemos más caso a la persona que dice algo que a lo que dice!

Está claro, la Falange Española ha denunciado por miedo a que salgan a la luz verdades que puedan afectarle, pero resulta que, esta vez, las leyes les dan la razón. No obstante, la ley debe cumplirse bajo cualquier concepto, para eso está. Si una ley está amparando a asociaciones fascistas e impide el descubrimiento de la verdad, habría que decirle en una palabra a los responsables legislativos: quítenla.

El juez Baltasar Garzón llegando a los juzgados.

Se podría hacer una comparativa entre los juicios de Núremberg en Alemania y los crímenes cometidos durante la guerra civil y el franquismo. En muchos países se ha juzgado los crímenes cometidos anteriormente ¿por qué no España? Pues bien, la situación de España es algo distinta. Entre la guerra civil y el franquismo hay unos cincuenta o sesenta años de por medio, existe una ley de amnistía la que ha amnistiado a personas que todavía siguen vivas como Carrillo. Por tanto, si esa ley se suprime personas como Santiago Carrillo deben ser juzgadas.

Quiero desde aquí responder a los garzonistas que apelan a la ética. Para apelar a la ética hay que hacerlo en todos los campos, no se puede tener ni una doble moral ni una visión sesgada que, por cierto, el mismo juez tiene. ¿Que por qué es sectario? Porque atiende a su interés personal, cosa que muchos jueces –sobre todo los altos– suelen hacer. Por ejemplo, investigó el conocido caso GAL con el que pretendió imputar al presidente Felipe González Márquez. Llegó a sentar en el banquillo al ministro del interior de González, pero la jugada no le salió todo lo bien que quiso y, posteriormente, decidió alistarse a las filas del PSOE que luego abandonó para volver a dedicarse a la justicia. Lamentablemente, no se ha dedicado todo lo bien que uno quisiera: ha reabierto heridas en la sociedad española y está siendo juzgado. Mire usted y a ver quién me lo rebate, este juez hace caso omiso a la justicia, tiene intereses claramente personales, imparte «justicia» favoreciendo al partido que esté en el poder . Mejor que juez, yo le llamaría leguleyo.

El imputado junto a el presidente del que fue su partido.

En conclusión, un juez por el mero hecho de serlo tiene que ser objetivo, no actuar por ideo- logía propia. Un juez es el que interpreta las leyes, no el que se las salta.

Nueva sección: Justicia

Como siempre, me siguen apasionando los temas empíricos y de los que, en mi más profundo ser, creo que servirán para algo. Qué le vamos a hacer, así soy de utilitarista.

Por mi afán de buscar y encontrar la verdad, he decidido crear una nueva sección: «Justicia».  En cada artículo de la sección, trataré un aspecto de la justicia española y en general, para no hacer muy pesada la lectura. Tambíen informaré de las novedades del poder ejecutivo.

Este es un espacio también para las víctimas de cualquier terrorismo. Aquí en la sección podrían tratarse temas como el caso Gürthel, la Ley del Menor, el 11-M, el 11-S, y todos los temas relacionados con la justicia.

Por último, quiero decir que no expondré mi opinión sino que me basaré en hechos demostrados y contrastados y aceptados por la justicia española. Quiero que el lector saque sus conclusiones a partir de la verdad.

Un saludo, espero y deseo que os guste la nueva sección.

Estadísticas de España I

Quiero ir subiendo gráficos sobre la evolución por años de las estadísticas de España. Hoy toca el porcentaje de reclusos, fijénse que ha ido aumentando con los años el número de reclusos en la cárcel. Es evidente que cada vez hay más asesinatos, homicidios, robos y actos delictivos en general. Algo falla.

Fuente: INE

Crisis política

Vivimos no solo en tiempos de crisis económica sino que también vivimos en crisis política y crisis de valores.

Como comenté, en mi entrada sobre las medidas para la crisis, la crisis económica proviene de los bancos poderosos, egocéntricos y egoístas, es decir, la crisis económica es una consecuencia de la crisis de valores. Por el 2007, nos creíamos una civilización apoteósica, el «ombligo» del universo (esto siempre lo hemos creído) y que nada ni nadie nos podría hacer retroceder y todo esto fue lo  que nos situó en una crisis de valores, luego política y por último, en una crisis económica.

Si hay una crisis económica es porque algo importante va muy mal. La política va muy mal, sobre todo, la política española. Voy a plantear algunas medidas que desde mi punto de vista harían resurgir a la política.

Medicina para la política

Para cambiar a una mejor política se deberían dar las siguientes características y reformas:

  • Régimen político: República. La monarquía en el S. XXI es evidente que no sirve para nada bueno sino que sirve para estorbar y molestar.
  • Cambio del sistema de votación por otro más justo y equitativo.
  • Gran reforma del poder judicial. Hay que otrorgar muchos más medios materiales al poder judicial además no se debe ser tan permisivo con las personas que hayan cometido delitos. Un asesino no puede estar en la calle, entre otras muchísimas más cosas. Ya lo hemos visto en el caso de Mari Luz o Marta Del castillo.
  • Supresión de cargos e instituciones superfluas. Dígase senado o cualquier otro.
  • Actualización de la Constitución. Una Constitución no puede mantenerse tantos años invariable ya que con los años las cosas cambian, hay nuevos conceptos, etc.
  • Creación de un organismo que controle a los políticos y estos que controlen al organismo. Es decir, el organismo de control y los políticos se controlan mutuamente. Como ocurría en la antigua Grecia que existía el congreso de los 500 que controlaban a la asamblea.
  • Separación absoluta de poderes. Es evidente que tal separación no existe y que el gobierno puede influir en la justicia. Es un error que el gobierno pueda nombrar a la fiscalía. Esto se está viendo en casi todos los delitos en influyen al gobierno o a partidos políticos. Véase los GAL o el 11-M
  • Debería existir una normativa que impidiera al mismo presidente, alcalde, presidente autonómico, etc. realizar un función más de 8 años ya que los grandes problemas en la política surgen a largo plazo. Además es muy importante la alternancia y competitividad en la política.
  • Como dije en la entrada sobre las medidas de la crisis, el dinero es el causante de muchos problemas y como dijo Quevedo: «poderoso caballero es don dinero». Hay que nacionalizar los bancos importantes.

Creo que con estas medidas y algunas más se podría evitar lo que estamos viendo actualmente que ni el gobierno, ni la oposición, ni la economía, ni los valores y ni la justicia van por el camino correcto.