La rebelión de las masas

A pesar de que «La rebelión de las masas» fue escrito en 1929, su autor, José Ortega y Gasset, estuvo editándolo prácticamente hasta 1950. Además, es un libro que siempre perdurará en el tiempo puesto que el fenómeno de masas es lo más característico de nuestra sociedad contemporánea. No obstante, para una plena comprensión de la obra, hay que entender y conocer su contexto histórico.

Ortega lo deja bien claro, «este libro no es político», sino que, según él, la labor del intelectual debe ser la de modificar las bases sobre las que se substenta la política. Por ejemplo, Ortega trata el concepto de Estado y el de poder público; dos conceptos para él totalmente diferentes. Siempre habrá un poder público, pero no siempre un Estado. También trata el tema del lenguaje al que concibe como un elemento distorsionador del pensamiento. En cuanto al tema de Europa, concibe a la cultura Europea como homogénea y por ende, debe crearse los Estados Unidos de Europa lo que ayudará a nivelarnos aún más a América del norte.

El tema primordial del libro es la masa social. Establece un elemento novedoso y es que la masa siempre ha estado en un segundo plano, siempre se ha tenido por mediocre. Sin embargo, hoy día la masa ha tomado el poder y ha tomado los hábitos y gustos de la minoría. Esto ha provocado un aumento del nivel de la cultura equiparándonos a América, pero esto también acarrea unas consecuencias desfavorables, ya que aumenta la botaratería, el snobismo y la chabacanería.

Respecto al estilo, Ortega utiliza un lenguaje sencillo en comparación a la profundidad de su pensamiento. Incluye citas tanto en latín como en francés y con un léxico difícil de encontrar en otro libro.

En definitiva, un libro muy humano y que, a pesar de eso, el tiempo no lo erosiona demasiado. Recomendable a todo aquel que se interese por las humanidades.

El curioso incidente del perro a medianoche

Esta magnífica novela escrita por Mark Haddon relata las vivencias de un personaje ficticio: Cristopher, unadolescente con síndrome de Asperger. El síndrome de Asperger da lugar a mucho debate, ya que algunos lo consideran como enfermedad y otros no. No obstante, todos los familiares de personas con este síndrome acaban derrotadas. Las personas que los sufren, son profundamente racionles, asociales y solo piensan lógicamente sin dejarse llevar por los instintos. Por ejemplo, le comunican la muerte de un familiar y no se inmutan, ya que, para ellos, todo lamento a una persona muerta es irracional.

Esta novela es recomendable a todas las edades. El personaje principal se refugia en las matemáticas para eliminar su inseguridad y, en el libro, se detallan todas las curiosidades y detalles de una forma milimétrica. Por ejemplo, como era el techo del tren y el estampado de la tapicería de los asientos.

El narrador está escrito en primera persona y es el propio personaje que decidió escribir el libro al descubir la muerte de un perro. El libro contiene muchas ilustraciones, planos de ciudades y de edificios e imágenes que hacen al lector partícipe de la historia.

Es un libro dividido en muchos capítulos (no se dividen por los numeros naturales como suele hacerse sino que por números primos), tiene 208 páginas y se lee rápidamente.

No me gustan las fiestas

I

No me divierto en ellas, lo paso muy mal. En la gran mayoría de las fiestas, el elemento básico es el alcohol definido por todos los médicos como una sustancia perjudicial para nuestro organismo. En mi opinión, no tan científica, el alcohol es un líquido que te pone en un estado distinto al normal, diferente al que deberías tener, para realizar cosas que no te atreverías a hacerlas por timidez o cobardía. En este estado, no eres dueño de tí mismo. Tampoco me gusta el alcohol porque hace daño a tu organismo; son muchos los casos de personas que han bebido y, después, han estado al borde de la muerte. Recuerdo una frase que leí en un libro titulado «Yo sé porqué» que decía así: «¿Por qué nos mareamos y perdemos el control cuando estamos bebidos? El alcohol es un veneno para el organismo y cuando este se envenena el sistema nervioso no responde bien».

También causan otras cosas demasiado malas. Cuando llega el día siguiente, el cuerpo tiene que recuperarse del estado de «envenenamiento» del día anterior y, para eso, el cuerpo necesita mucha agua. El organismo expulsa el alcohol mediante la orina y el hígado -que expulsa las cosas que no asimila el organismo y se va estropeando con su uso-. Para recoger el agua que permita expulsar el alcohol, el cuerpo la recoge casi toda del cerebro, éste se encoge tirando de las membranas del cráneo. Por eso, duele mucho la cabeza al día siguiente.

En resolución, no me gusta el alcohol porque si te emborrachas, pierdes muchas neuronas; y en una sociedad tan competitiva perder neuronas todos los fines de semana no lo encuentro muy bueno para mí. Las personas no les gusta tampoco perder neuronas, pero como tenemos demasiadas, no vemos la pérdida y las perdemos poco a poco. Esto hace que no nos demos cuenta, es como el crecimiento. Nosotros no notamos que hemos crecido pero si vemos una foto de hace tres años nos daremos cuenta.

II

Siempre hay grandes multitudes algo que no me preocupa pero no lo entiendo. Prefiero celebrar algo como Noche Vieja o el fin de semana con gente que conozco y con las personas que quiero. En estas concentraciones, la música está demasiado alta luego, no te permite entablar conversaciones. Al no poder hablar ni relacionarme, me encuentro como desplazado de las personas en general, será porque no estoy bebido. Entiendo que  los demás no se sientan así porque no estan en su estado normal, ya que han bebido. Aparte de la música alta, la música fiestera no es de mi agrado; la que más me gusta es la música clásica: ¿qué voy a hacerle!

He escuchado de mucha gente que va a estas fiestas que, al día siguiente, no recuerdan nada de lo que ha pasado. No veo divertido perder unas horas de mi vida; creo que no acordarte de lo que has hecho es perder unas horas de tu vida.

III

A la mayoría de la juventud les gusta las fiestas y se divierten en ellas. Si se divierten en ellas y no entran en la embriaguez me parece muy bueno para ellas; para gustos y colores, todos son los mejores. Bien, pero que no me diga nadie que no me divierto, que vaya a beber para divertirme o frases parecidas porque, para mí, una fiesta es uno de los momentos donde peor lo paso. Me encanta ir al campo, viajar a otros países, el tiempo libre, estar relajado, aprender, superarme a mí mismo, hacer deporte, pensar y utilizar las palabras (escribir, leer y hablar). Estas actividades son las que para mí son las más divertidas y las más provechosas. Son las que me recuerdan lo bonita que es la vida, las que me tranquilizan y me evaden del mundo, con las que me divierto y las que me hacen recordar que estoy vivo y que estoy aprovechando mi corta vida.