No son necesarios los recursos, sino el conocimiento.

Malthus se equivocó

El célebre economista Thomas Malthus afirmó ya hace muchos años que mientras que la producción crece artiméticamente, la población lo hace geométicamente y, por tanto, habrá un momento en que haya más personas que recursos. Tras esta afirmación la población creció sin precedentes (en Gran Bretaña pasó de 5 millones de habitantes a 21 en menos de una centuria), y, aún así, el bienestar medio creció ostensiblemente: se inició la Primera Revolución Industrial. Malthus pinchó en hueso: no tuvo en cuenta el poder multiplicador de la tecnología.

Actualmente, hay numerosas mentes, al igual que Malthus, que afirman que un aumento de la población puede ser catastrófico o, al menos, reducirá paulatinamente el bienestar. Su principal argumento es el de que los recursos son limitados, mientras que el hombre puede crecer (y gastar) sin ningún límite.

Ahora bien, de nuevo al igual que Malthus, el argumento de los susodichos es falaz porque no tiene en cuenta que la tecnología puede multiplicar los recursos en la proporción deseada. En la prehistoria, los homínidos apenas subsistían, sin más recursos que la recolección o la caza. Actualmente, casi 7.000 millones de personas en el planeta subsisten con un bienestar bastante mayor que los hombres prehistóricos. ¿Dónde está el truco? De nuevo, en la tecnología. Y si algún pueblo permanece aún en el subdesarrollo, se debe -y esto es taxativo- a la carestía de tecnología. Por tanto, ni más ni menos, la solución está en la adopción de tecnología.

¿Qué introdujo la agricultura? Poder cultivar alimentos casi indefinidamente, evitando la recolección. ¿Y la ganadería? Cuatro quintos de lo mismo. Por extensión, los fertilizantes y la maquinaria aumentaron la eficiencia del sector agroganadero, permitiendo, en el siglo XX, que un solo agricultor pudiese alimentar a más de 43 ciudadanos.

¿Que avance supuso la energía nuclear? Generar grandes cantidades de energía, sin necesidad de recurrir a combustibles fósiles. Y a quién no le guste este tipo de energía por la radioactividad, que se espere a la energía de fusión, unos veinte años, la cual, permitirá producir sin coste alguno energía a borbollones. Con esta tecnología, la energía será tan abundante o barata como el aire.

Bien, entonces ¿por qué se arguye que los recursos son limitados? Quizá porque se peque de miopía y no se vislumbren en un futuro nuevas tecnologías que multipliquen las posibilidades. Es muy probable que, en poco tiempo, el hombre pueda volver a la Luna o incluso a Marte y seguir extrayendo recursos. Como dijo Jacque Fresco, cualquier cosa concebida por el hombre, puede ser construida. Por ejemplo, me viene a la mente la posibilidad de poder modificar nuestro ADN (biotecnología), para poder alimentarnos, como las plantas, por fotosíntesis, sin necesidad de comer.

Aún así, podría también llegar el momento en el que se agoten recursos indispensables para vivir: espacio y agua. De momento, el espacio en el planeta Tierra no plantea mucho problema, pues hay grandes regiones del planeta deshabitadas y, además, pueden construirse edificios muy altos. De todos modos, para cuando llegue el día en el que el espacio sea tan escaso como el oro, seguramente ya estemos habitando en otros planetas. ¿El agua? Parece que, de momento, tampoco es un problema, ya que puede volver a purificarse e incluso puede fabricarse.

Es posible vivir con índices increíbles de bienestar en un mundo masivamente superpoblado, el único límite es nuestro conocimiento, la tecnología, como afirma Eduardo Punset: «lo que importa no es si seremos dos millones más o dos millones menos, si es justa la edad de jubilación o injusta, sino el nivel y la difusión del conocimiento; es decir, la reforma educativa».

Es más, cuánto más crece la población, más posibilidades hay de desarrollar nuevas técnicas y más acusada avanza la ciencia, pues más científicos y mentes brillantes y, por tanto, más ideas y puntos de vista habrá para aumentar el bienestar del hombre.

Los seis interrogantes de la humanidad

Si echamos la vista atrás, veremos que la sociedad actual es bien distinta de cualquier otra etapa histórica. Basta con observar el crecimiento exponencial de la población. En los últimos tiempos, se han respondido a copiosos -y oscuros- interrogantes. Por ejemplo, en el ámbito de la neurología.

Ahora bien: si «futurizamos», ¿qué nos traerá el porvenir? En este post, dejaré siete interrogantes a los que, desde mi óptica, la humanidad debe responder, cada uno referido a un ámbito concreto. Trate, asismismo, el lector de responder -en la medida de lo posible- a los interrogantes y de sugirir otras cuestiones.

1. Consciencia

¿Cuál es la base biológica de la consciencia? ¿Existe realmente el libre albedrío? Actualmente, el conocimiento sobre nuestro cerebro es ínfimo, comparado con lo que nos queda por saber. Los expertos lo tienen claro: éste será el siglo del cerebro. Cuando tengamos un conocimiento más profundo de nuestra materia gris, entonces estaremos dispuestos a comprender la naturaleza de la consciencia.

¿Estamos determinados completamente o, por contra, en cierta medida, somos dueños de nosotros mismos? Huelga decir que la respuesta a esta pregunta tendría plenas consecuencias en el Sistema Judicial y que, por añadidura, revolucionaría la forma de entender a los delincuentes.

2. Tecnología

Como decía al principio, nuestro quehacer cotidiano no tiene nada que ver con el de hace unos siglos. La Revolución Industrial -y la posterior Segunda Revolución Tecnológica- son responsables de ello. La producción en cadena ha reducido considerablemente los costes, permitiendo a la población tener más cantidad de productos y que el esfuerzo que éstos tengan que hacer para conseguirlos sea menor. Las necesidades están más y mejor cubiertas.

No obstante, la historia demuestra (al menos por inducción) que mañana será aún mejor. Por tanto, ¿cuál será la próxima Revolución Tecnológica? ¿Qué nos traerá consigo? Quizá este relacionada con la robótica, la biotecnología, la ingenería genética, la nanotecnología y la combinación de todo ello.

3. Matemáticas

Parece que la matemática es perfecta. Pero todavía siguen habiendo problemas no resueltos, esperando a ser demostrados. Me estoy refiriendo a los números primos, una sucesión de números que aparecen sin orden ni concierto, que no cumplen ningún patrón. ¿Cuál es la fórmula que nos dé todos los números primos desde el cero hasta el infinito? Ciertamente, esta es una cuestión para esta centuria, pues su resolución ayudaría enormemente a falicitar los cáculos y a desarrollar otros cálculos. Y esto, en consecuencia, mejoraría aún más el mundo.

4. Cosmos

Los físicos intentan averigüar si el Universo es cíclico, finito y eterno. Además de la composición del mismo. Para esta triple pregunta acerca del Universo, los astrónomos se sirven del CERN, en el que ya se ha logrado incluso recrear las condiciones del Bing Bang. ¿Qué es la materia oscura? ¿Qué utilidad tiene la antimateria? ¿Es eterno el Universo? ¿Es infinito? ¿Es cíclico?

Además, estas cuestiones, aunque sean físicas, nos ayudan en nuestra filosofía de vida, pues la eternidad o ciclitud del tiempo conllevaría a una ideología, religión, filosofia o estilo de vida determinado.

5. Superpoblación

Thomas Malthus, celebérrimo economista, nacido en 1766, ya respondió al problema del aumento de población. Él afirmó: «la población crece geométricamente, mientras que la producción o, al menos, los bienes alimenticios crecen aritméticamente. Por lo tanto, llegará un momento en el que la población no tenga suficientes recursos para subsistir». Luego, llegaría la Revolución Industrial que demostró falaz su argumento: no tuvo en cuenta la tecnología, capaz de hacer crecer exponencialmente la producción. Además, la tecnología permitiría, incluso, colonizar otros planetas.

Sin embargo, ¿habrá más personas que recursos? ¿Llegará un día en el que la Tierra no soporte a más población?

6. Interdisciplina

Con las nuevas emergentes ciencias interdisciplinares (neuroeconomía, biotecnología, biomimética, etc.) se está poniendo de relieve que las ciencias, además de especializarse, deben colaborar mútuamente, de tener visión periférica. En este sentido, la ciencia está mutando como cualquier ofidio hacia un nuevo modelo interdisciplinar. Es decir, la matemática no está separada de la ecología, ni ésta de la biología, ni ésta de la medicina. Cada ámbito opera en conjunto con el resto de campos científicos, formando una cadena, una tecnoestructura global. Esta tecnoestructura, conjuntamente, reflexiona sobre el todo. Pero, y esto es importantísimo, no solo reflexiona sobre el todo (como la filosofía), sino que, además, lo hace de forma especializada (al contrario que la filosofía) En este sentido, ¿es este nuevo modelo interdisciplinar el nuevo modo de conocimiento?

Capitalismo: Un sistema a la cabeza (VI)

Libertad, motor del progreso (I): Las fuerzas del mercado

Haciendo una breve recapitulación de todo lo que hemos visto hasta el momento, podemos afirmar que, en síntesis, el capitalismo laissez-faire es el que mejor se adapta a la naturaleza humana: no debemos olvidar que el hombre es egoísta por naturaleza (y, como puede demostrarse, es imposible despojarse del egoísmo). Adam Smith axiomatizó que ese egoísmo es bueno, muy bueno (muy superior al altruismo calcutiano). Analizamos, asimismo, que la mayoría de los problemas que se le atribuyen al sistema económico capitalista (contaminación, desigualdad, crisis económicas, …) son el resultado de un actual sistema mixto (un antitético binomio liberalismo-intervencionismo), en el que, en algunos países, la actividad estatal puede sobrepasar el 40% del PIB. En resumidas cuentas, los problemas los crea el sistema mixto, no el mercado. Y pusimos como ejemplo el sistema financiero -uno de los más intervenidos del mundo- que es el causante de las crisis periódicas que, volvemos a insistir, afloran en una economía mixta y nunca en una economía pura de mercado.

Dicho esto, la sección respuesta a las críticas puede darse por finiquitada, al menos, de momento. Por consiguiente, pasaremos a explicar por qué este sistema tiene la increíble capacidad de organizar los quehaceres de la humanidad de forma absolutamente eficiente. ¿Por qué este sistema ha generado un nivel de vida tan superior al de la Edad Media? En términos filosóficos, podemos -nuevamente- responder que es el sistema que mejor se adapta al hombre. Empero vayamos a los términos económicos.

Dirijámonos ahora mentalmente hacia una de las ciudades más desarrolladas y pobladas del mundo: Nueva York. Pensemos ahora en el mercado de comida: toda la población tiene cubiertas todo tipo de necesidades alimenticias, en función de todas las variables (modas, gustos, …). Para una población tremendamente enorme, todo está perfectamente coordinado: en ningún mercado alimenticio hay escasez de alimentos ni excedentes de los mismos. La comida llega de las fábricas mediante millares de camiones que descargan en los establecimientos. Todos contentos: los consumidores neuyorkinos satisfechos y los tenderos con su dinero en el bolsillo, que les sirve, a su vez, para satisfacer la necesidad que puedan surgirle, eso sí, en función de su aportación a la sociedad.

¿No da un poco de vértigo que todo se maneje «solo»?  ¿Cómo es posible que, sin que nadie tome una decisión a modo de factótum funcione tan bien el susodicho mercado? Porque cada persona elige lo que le conviene a ella, se dirige al comercio (que, al mismo tiempo, vende lo que le conviene y al precio que le conviene; igual que el cliente) y, si las conveniencias de los dos son compatibles, se produce una transacción, tras la cual, las dos partes se benefician. Y lo que es aún más importante: en estos intercambios también circula una abudante información que ayuda a regular el mercado mas eficazmente, a saber: el vendedor analiza su demanda para adecuar su oferta y el comprador, haciendo lo propio, analiza el establecimiento para satisfacer de la mejor forma posible sus necesidades. Un oferente (fábrica, tienda, vendedor ambulante, …) que no tenga en cuenta las necesidades del consumidor cae por su propio peso.

La oferta y la demanda se equilibran al igual que esta balanza, en representación a la justicia capitalista.

 

Si estas dos personas viviesen en un sistema comunista, donde el mercado de los alimentos está regulado por el Estado, tendría que vender y comprar, no lo que ellos desean, sino lo que el mercado cree que desean, lo que el gobierno dicta. Y como, naturalmente, es imposible conocer todas y cada una de las características personales de todos y cada uno de los habitantes, el comunismo, lejos ya de ser hasta una utopía, es una distopía: de poder llevarse acabo (cosa imposible, como demostramos en la primera entrada), se producirían situaciones enormemente indeseables por cualquier ser humano, pues las necesidades de todo un país no pueden cubrirse desde una perspectiva.

Bien. En las economías mixtas, el sistema de bienes alimenticios es libre, pero ¿qué ocurre con el mercado de alquileres? ¿y con el de recursos financieros (los bancos)? ¿y con el mercado de trabajo, especialmente en España, cuyos principales puntos fueron creados por el dictador Francisco Franco? Todos estos mercados presentan un elevado grado de intervención, agravando el nivel de vida de los ciudadanos que no pueden satisfacer sus necesidades, en función de sus deseos o circunstancias. En una economía mixta se establecen límites (máximos o mínimos) a los precios, mientras que en un comunismo se establece directamente el precio. Intervencionismo en todo caso.

Y como, a más población, más dificultosa es la intervención; a más población, en un sistema intervencionista (comunista o mixto), más dificultosa será la gobernanza y, en consecuencia, peor nivel de vida. Justo al contrario de lo que ocurriría en un mercado puramente libre. Es por esta razón por la que el estado del bienestar queda obsoleto cuando la población aumenta y, por esta misma razón también, por la que el comunismo se hace más factible a medida que la población disminuye; en el Capitalismo es a la inversa: más personas, más libertad.

Mi visión macroeconómica

Esto no es una entrada sobre microeconomía ni hablo de la crisis ni de cosas particulares sino que hablo de una visión global incluyendo presente y futuro de la economía. Analizo algunos fallos sobre la economía, hago un repaso a la política y me preocupo por las generaciones futuras. Espero que les guste.

1. La economía y sus desequilibrios

La economía es una ciencia que intenta satisfacer necesidades al ser humano aprovechando los recursos disponibles. La economía, generalmente, presenta altibajos a lo largo de la historia, un período de crisis y otro de recuperación y así sucesivamente. Esto es, a mi modo de ver, de la condición humana ya que cuando la situación económica marcha bien es normal que salga a relucir la satisfacción, relajación y descontrol. Cuando la cosa marcha mal, surge de nosotros una voz interior que nos dice «hay que ponerse la pilas». La economía refleja claramente la condición del ser humano.

A partir de esto, se pueden analizar muchas de las crisis que han surgido a lo largo de la historia. Una de las crisis más importantes fue la crisis del 1929. ¿A qué no adivinan que pasaba antes de que surgiera esta crisis? Los «felices años 20». Esta crisis tiene varias similitudes con la actual, caídas en bolsa similares, misma forma de actuar de los bancos, etc. Pero hay una diferencia, los estados han actuado de una forma muy diferente y, en mi opinión, han actuado bastante bien. Después surgió la crisis económica de 1975, luego prosperidad y ahora crisis. ¿A qué es fácil adivinar que vendrá pronto?

Solución a los desequilibrios

Si se realizara un estudio económico profundo incluyendo a Estado, empresas y familias y se anotara todas las actuaciones que se han llevado a cabo y han resultado exitosas y las que han fracasado  entonces sería fácil determinar qué hay que hacer para que todo vaya bien. Solo hay que repetir lo bueno y desechar lo malo. Sobre todo, que lo malo no se vuelva a repetir. Esto no es malo para el progresismo ya que todo lo novedoso, lo tecnócrata, lo tecnológico contribuye positivamente a mejorar las necesidades del ser humano y, en consecuencia, la economía. En resumen, existe una forma para que la economía no caiga en crisis y es posible de aplicarla, solo hay que repetir las cosas cuando iban bien, añadir las mejoras presentes y no repetir lo malo. Y, sobre todo, es muy importante que aunque todo vaya bien se siga actuando igual porque se caería en una nueva crisis.

2. Utilidad de la economía

La economía es esencial para el desarrollo de los individuos de un país e incluso del mundo. El segundo sector económico, las empresas, aumentan el valor de los bienes y servicios. De una piedra, hacen un banco de granito para sentarse. La economía crea riqueza, esto es lo PRINCIPAL para que un estado esté desarrollado. Cuanta más riqueza cree el conjunto de empresas de un estado, mayor será el desarrollo de ese país y más nivel de vida tendrán sus habitantes. Está demostrado, el número de empresas de un país es directamente proporcional el IDH. El Índice de Desarrollo Humano mide la calidad de vida de un país atendiendo a la esperanza de vida, nivel de vida, etc.

¿Cómo se puede aumentar la calidad de las empresas? Pues las empresas se pueden clasificar en una escala cualitativa atendiendo a la cantidad de riqueza que crean. ¿Qué empresas crean más riqueza? Está claro, las empresas que diseñan y producen vehículos no son las mismas que venden perros. La industria es el sector que más riqueza genera. Por tanto, un país con una industria fuerte tiene una economía fuerte y, en consecuencia, será un país fuerte.

Economía y demografía

La demografía está íntimamente relacionada con la economía. Si hay mejor nivel económico, mejor nivel de vida. Si hay mejor nivel de vida, más calidad y cantidad de vida.

En demografía, hay que tener en cuenta la natalidad y mortalidad porque un país envejecido es causa de una desaceleración económica ya que los ancianos no producen pero si cobran las pensiones. El sistema de pensiones ideal sería que cada uno recibe lo que cobró.

3. Economía y política van unidos

Aquellas regiones donde la política marcha mejor es necesariamente donde la economía marcha mejor. Un buen político tiene que ser buen economista.

Economía como esencia del capitalismo

La economía es la base del capitalismo, eso lo sabéis todos. Por tanto, quien quiere un buen nivel de vida, cree en la economía y es trabajador es partidario del capitalismo. El capitalismo es el sistema más equitativo que existe en la actualidad, entendiendo por equitativo como que cada persona tiene lo que se merece.

El capitalismo también está ayudando a la globalización que, en mi opinión, es beneficiosa. La globalización puede hacer que, en un futuro, todas las personas tengan muchísimas cosas en común. Además la globalización crea una deslocalización de mercados y, en consecuencia, las regiones pobres como África podrían desarrollarse en breve gracias a esto. Quizá no se estén desarrollando ahora porque uno de los principios del capitalismo, el liberalismo, no se esté poniendo en práctica por muchos intereses. Los gobiernos controlan a las empresas para su beneficio, pero si existiera un capitalismo puro con liberalismo económico créanme el planeta Tierra estaría desarrollado en su totalidad y además lo estaría de forma muchos más equitativa. Además si todos los habitantes de países subdesarrollados tuvieran una formación académica buena aportaría más conocimientos a la comunidad internacional, provocando un desarrollo aún más acelerado.

En las últimas líneas del párrafo anterior, estaba defendiendo la democracia porque cuantas más personas contribuyan, mejor será el desarrollo. Para que exista una buena economía debe existir una democracia, un sistema capitalista y un liberalismo económico.

La educación es importante

Quiero hacer especial hincapié en la educación y la formación. Cuanta más formación tiene un país mejor es. Los países que gastan más dinero en futbolistas que en científicos son muy estúpidos. España es uno de ellos y muchos de los grandes genios de hoy tienen que irse a EEUU para poder formarse en relación a sus capacidades.

Para el desarrollo de un país es necesaria una gran economía y esta no estará presente si no hay una buena educación. Por tanto, sin educación ni formación no hay economía, no hay productividad.

La educación es lo más importante que existe en la sociedad, en mi opinión, ya que son nuestras futuras generaciones. Todo depende de ellas. Si nos despreocupados de la educación -como ocurre ahora- entonces ¿qué ocurrirá cuando las generaciones no-formadas nos gobiernen?. Estas no podrán educar tanto como nosotros podíamos y se creará una degradación progresiva del ser humano en cuanto a sus conocimientos y habilidades.

4. Desarrollo sostenible

He querido dejar el apartado cuatro sobre el desarrollo sostenible para el final para aclarar algunas dudas que pudieran surgir. Asimismo, este apartado me parece el más importante de todos.

La economía no puede ser miópica, es decir, centrarse en el presente y no mirar hacia el futuro. Actualmente si que se mira más al presente que al futuro y prueba de ello es la contaminación, la explotación de la mano de obra barata, destrucción de masa forestal, agotamiento de recursos no renovables, etcétera. Todo esto, a corto plazo, es beneficioso pero, a largo plazo, causa un daño irreparable. Por tanto, hay que mirar al futuro en igual medida que al presente. Hay que asegurar a las generaciones presentes y futuras.

Hay que buscar un desarrollo pero teniendo en cuenta el medio ambiente. Hay grupos que no quieren el desarrollo y que, por el mero hecho de construir una carretera, ya se ponen en huelga. Pero ¿Y si no se causa perjuicios al medio ambiente?

Siempre hay una forma de desarrollo sin perjudicar al medio ambiente, incluso se puede hasta beneficiarlo. Para esto es importantísimo la inversión en I+D+i.

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