En este artículo me gustaría hacer una denuncia pública a una nueva tendencia que se ha instalado en la publicidad emitida en España y supongo que en otros puntos del globo. Se trata de los anuncios de moda, perfume o bebidas alcohólicas en especial. En los últimos años han empezado a humillar públicamente a la lengua española. Por ejemplo, no sé si recuerdan algún anuncio en el que el actor habla un español claramente afrancesado con la sucia intención de llamar la atención de la masa estúpida e ignorante que se deja llevar por lo exótico. Y ya no es un insulto a la lengua española sólo, también imponen otras lenguas como el inglés más comercial sobre el francés y el español. Y algunos teleinvidentes caen en su sucio juego y se dejan llevar por un invento rastrero.
Esto le hace un flaco favor a las lenguas implicadas porque veo que poco a poco están perdiendo su originalidad e identidad.
Con esto no quiero decir que no haya que aprender lenguas extranjeras, todo lo contrario, me parece perfecto porque es una de las vías más fructíferas para alcanzar la cultura. Sólo quiero pedir que unas lenguas no pisen a otras. El español es español y, por supuesto, puede adquirir préstamos de otras lenguas, pero sólo cuando son necesarios o se han impuesto por el uso de los hablantes, no por capricho publicitario. Así, podemos ver palabras horrendas infiltradas en la lengua castellana que desplazan a otras más puras y bellas dentro de nuestra lengua. Y lo peor es que las pronuncian los típicos catetos y hacen el 2×1 en destrucción de lenguas, destrozan el castellano y el inglés, francés o cualquier idioma.