Periodismo radiactivo

Uno de los métodos más eficaces de imbuir a la población -y por ello menos éticos- y coaccionarla sectariamente, con tal de obtener el beneficio deseado, es mediante el sentimiento y, más concretamente, por el miedo. El totalitarismo ha comprendido muy bien esta idea: sin terrorismo, esto es, amedrentar a la población, es inviable la represión. Hitler sin el revanchismo no hubiese accedido al poder, por ejemplo. Le senti-ment -dicen los franceses-, que significa algo así como «el sentimiento miente».

La vía inferior, el sentimiento, ejerce sobremanera influencia sobre el organismo, muy por encima de la razón. Cuando el miedo fluye de la amígdala y la razón permanece impotente, el descontrol y la ignominia afloran por momentos, además de convertirnos en infelices.

El miedo ha sido la herramienta más utilizada por la mayoría de los medios occidentales a la hora de ofrecer información a la población sobre todo lo acontecido en Japón. En este caso, el rigor informativo se ha aparcado para competir, si cabe, en decibelios con el terremoto y ya, de paso, vender más periódicos.

Si intentan contrastar la información aportada por los susodichos medios, caerán en la cuenta de que una buena parte de los informes oficiales han sido silenciados en pro del pánico. Ninguna de las buenas noticias o caras positivas de la noticia se han ofrecido al público. Además la información se ha diseminado de manera sesgada.

Por ejemplo, el peligro nuclear en Fukushima se ha comparado peligrosamente con la hecatombe nuclear de Chernóbil. En primer lugar, la central nuclear de Chernóbil fue destinada a la fabricación de armas nucleares, más que a la producción de energía. En segundo lugar, el núcleo de la central estaba a la intemperie, sin estructuras de contención ni edificios periféricos, porque el gobierno comunista lo consideraba «un lujo innecesario». Por estas dos razones se produjo la catástrofe: cuando se fundió el núcleo, la radiactividad se extendió instantáneamente en todas direcciones e, incluso, el proceso de fisión continuó produciéndose en el aire. Y, como ustedes comprenderán, esto es imposible en una central nuclear actual.

Cuando todos los expertos nucleares afirmaban taxativamente que «no había problema» o que «a lo sumo, se producirá una fusión del núcleo», los medios seguían desinformando, mostrando en sus portadas a japoneses con la mascarilla infundada al título de «Apocalipsis nuclear». Pero lo que no saben es que la mascarilla es común en Japón para evitar la polución y la alergia. Ni tampoco que esas mascarillas no protegen apenas de ninguna radiación. También parecen ignorar que fuera del perímetro de seguridad de la central Fukushima Dai-ichi, la radiación era de 0,0008 mSv/h, es decir, inferior a la radiación que se produciría al ingerir un plátano. Se han exagerado acontecimientos, hablando de importantes explosiones, en lugar de admitir que se trataba de un incendio en un reactor vacío. Lo más gráfico de todo es que, cuando los reactores dañados comenzaron a estabilizarse, la información de Japón emitida por los medios se iba disipando. A día de hoy, todos los reactores han pasado de una temperatura de 80º C aproximadamente a una de 30º C; es decir, el peligro de fuga radiactiva ha cesado. Sin embargo, los medios se han molestado en omitir esta información.

Mientras los medios occidentales se alimentan inicuamente de las negativas noticias en Japón, los operarios de Fukushima, emulando a Bruce Willis en «Armageddon», han conseguido salvar a la población de una posible fuga radiactiva tras un terremoto que ha conseguido desplazar las islas japonesas 2,4 metros y el eje de la tierra más de 10 centímetros. Deshonor por un lado y honor por otro.

Problema energético

Hoy me apetece hablar sobre la energía un tema tan importante a corto y sobre todo, a largo plazo.

Muchos dicen: «Un país vale tanto como vale su energía». Yo considero que esta frase es verdad. Últimamente, en España, se está dando un episodio de poca lógica e ineficiencia tecnológica. En España, no se permite la energía nuclear pero, en cambio, la compra a otros paises como Fracia o Alemania. Esto ocasiona una perdida de poder adquisitivo. No solo me refiero a esto sino también al episodio que vivimos en la empresa de electricidad Española Endesa, Endeda se dividió en tres partes y solo una de ellas fue adquirida por una empresa española y las dos partes restantes fueron adquiridas por empresas extranjeras. ¡Como si tuviéramos suficentes grandes empresas como para dejarlas escapar!

¿Por qué no intervino el gobierno? Quizá le enteresaría al gobierno no actuar u otras razones.

España es un país que podría ser mucho más fuerte pero no lo es. Hay que apostar por las grandes energíasya que las energías renovables no superan el 3% de la energía que se consume en España, uno de los países donde más energía renovable puede obtenerse. Yo sinceramente no creo que por mucho que evolucionen estas energías lleguemos al 100% del consumo energético.

Yo soy partidario de investigar por otros campos como investigar en la energía de fusión en vez de fisión. La energía del Helio, la energía que genera el Sol. Voy a poner un ejemplo más gráfico: con un gramo de cualquier material se podría obtener la energía que consume la ciudad de Nueva York en un año. Además esta energía es totalmente natural, no produce radiactividad ni contaminación.

Actualmente, se está avanzando por este campo en varios paises pero el principal problema es que no se ha encontrado ningún material que resista está ingente cantidad de energía. Además esta energía es difícil de controlar porque es muy potente y fuerte.

¿Llegaremos al año 2050, cuando se acabe el petroleo, a tener preparada esta energía? ¿Nos tendremos que conformar con la poca energía renovable? ¿Se dará una revolución de las energías renovables o no dan para más? Espero vuestras opiniones.