Exoplanetas: búsqueda de vida

Primero fue Marte. Creíamos en las posibilidades de encontrar vida, y no sólo vida, sino vida inteligente. Aunque, en parte, se confirmaron (hallazgo de agua, restos de microorganismo, etc), la posibilidad de albergar vida inteligente se disipó.

Bien. Pero ahora nunca hemos estado tan cerca de el gran sueño de la humanidad: descubrir vida (y que sea inteligente) en otros planetas. Ahora, con los sofisticados telescopios surcando el espacio, y las técnicas lumínicas de descubrimiento más avanzadas, estamos más cerca que nunca.

Primero: es evidente que vida debe haber en otro lugar, pues si la vida se ha producido una vez y el universo es inmenso, ¿por qué no se habrá originado en otro lugar? Segundo: las nuevas técnicas a las que ya he hecho referencia, escudriñan cualquier resquicio de luz para comprobar que se trata de un exoplaneta. Concretamente, miden la intensidad de la luz de una estrella. Si la intensidad de la luz de la estrella se reduce intermitentemente, como si un objeto entrecortara el rayo de luz constantemente, quiere decir que se trata de un planeta que gira en torno a su estrella. Midiendo la intensidad de la luz, y la intensidad con la que se entrecorta, podemos conocer muchas caracterísisticas del exoplaneta, como la masa, la gravedad, la excentricidad (curvatura de la órbita), entre otros.

 

Cómo se descubre un exoplaneta

Hasta ahora, ha habido numerosos descubrimientos de exoplanetas (aproximadamente unos 500), pero la mayoría tienen una masa parecida a la de Júpiter. Esto es así porque los antedichos métodos de descubrimiento deben afinarse aún más, porque sólo sirven para detectar planetas grandes. Aún así, no cabe duda de que se están perfeccionando en los últimos meses.

Para que os hagáis una idea de lo que estamos hablando, el hallazgo de exoplanetas comenzó en el año 2000, aumentando exponencialmente el número de exoplanetas hallados cada año, siendo 2010 el año de mayores hallazgos, como muestra el gráfico de abajo. Pero no sólo hablamos de cantidad, sino de calidad: los últimos planetas descubiertos son los de menor masa, los más parecidos a la Tierra, donde más posibilidades hay de que alberguen vida.

Evolución de exoplanetas descubiertos

El planeta más parecido al nuestro se denomina Gliese 581 f y tiene una masa 1.91 veces superior a la tierra y se encuentra bastante cerca, a 20 años luz. Se encuentra en la zona habitable, el problema es que no rota sobre su propio eje, lo que hace que una cara este siempre expuesta a la luz del sol (demasiado calor para vivir) y, la otra, en la penumbra (demasiado frío). No obstante, los expertos aseguran que la zona más proclive a la vida está entre el sol y la sombre, la zona intermedia. Se cree, aunque no está confirmado, que dispone de agua líquida.

Gliese 581

En unos diez años hemos llegado a estos avances, que se perfeccionan exponencialmente. ¿Auguramos para los próximos años el descubrimiento de vida inteligente? Es muy probable, y nos acercamos a mucha velocidad. Ahora bien, llegados hasta aquí, alguien dirá inteligentemente: «¿Y como nos comunicamos o llegamos hacia allí?» Según la teoría de la mecánica cuántica, respaldada por numerosas observaciones experimentales, es posible trasladar un objeto de un lugar a otro si necesidad de viajar; en otras palabras, el teletransporte es posible y ya se ha realizado. El problema es que a mayor tamaño del objeto más difícil es teletransportarlo.

El ordenador cuántico

Quizá sea este uno de los grandes avanzes que nos esperan en el futuro. La materalización realista de esta idea, sería sin duda la nueva revolución en la vida de los humanos y en el mundo de la tecnología.

El ordenador cuántico es una idea totalmente novedosa y grandiosa. No funciona por sistema binario, el funcionamiento es muchísimo más complejo por lo que el desarrollo de este no estará hasta dentro de 30 ó 40 años.

El ordenador cuántico estaría compuesto de qubits en vez de bits. Un qubit, es la unidad mínima de información cuántica y que puede tener cuatro estados a la vez. Se puede representar así:

Los qubits permitirían algoritmos (ordenes, e instrucciones y procesos) nuevos, de mayor calidad y muchísimo más rápidos. Una empresa canadiense presentó el 13 de Febrero de 2007 el primer ordenador cuántico de 6-qubits.

Origen

La computación cuántica tiene su origen en las limitaciones de la computación actual.

La computación actual ha ido mejorando progresivamente gracias a que se podían construir chips cada vez más pequeños. Estos chips se podían reducir bastante, pero no de forma ilimitada ya que cuando son inferiores a los 10 nanómetros dejan de funcionar. Por tanto, la computación actual es limitada y llegaría un momento en que no mejoraría.

Cuando se descubrió este problema, surgió una respuesta: un científico relacionó la computación con las leyes cuánticas y Eureka: surgió así la computación cuántica que permite que un qubit tenga 4 estados al mismo tiempo (puede ser 01, 00, 11, 10 al mismo tiempo) en vez de un solo estado. Esto aceleraría el ordenador exponecialmente. Por ejemplo, un ordenador de 16-qubits multiplicaría por 10 al mejor superordenador normal del mundo actual. Imagínese un ordenador de 1 gigaqubits (1 millón de qubits), realmente impresionante ¿verdad?

Problemas del ordenador cuántico

Esto de tener cuatro estados al mismo tiempo, es muy beneficioso pero también está causando algunos problemas ya que los estados cambian contínuamente y se podría perder información con un mínimo fallo. La probabilidad de este fallo es pequeña (1/10000) pero esto causaría que en determinados algoritmos no se pudiera volver atrás. Actualmente, se están estudiando nuevas formas de solucionar estos problemas. Una de las soluciones es utilizar un corrector de qubits.