Discurso de apertura, recital de poesía. (Atrévete a leernos)

Buenas tardes, en primer lugar quisiéramos agradecerle la confianza que habéis depositado en nosotros, cediéndonos desinteresadamente un valioso tiempo de vuestra vida que esperamos saber compensar con lo que mejor sabemos hacer, poesía.

¿Porqué poesía? Andábamos preparando este discurso José Luís y yo cuando de repente, como caída del cielo vino a nosotros la respuesta. Se nos acercó un niño, de unos siete años, junto a su padre. Y rápidamente, tras escuchar los versos que recitando estábamos, quiso saber que era aquello que parecía tan distinto al lenguaje cotidiano, singular. Nosotros orgullosos de haber despertado aquel inesperado sentimiento, nos dispusimos a explicarle de lo que se trataba. Y que mejor forma de explicarlo que mediante un poema.

En apenas media hora, habíamos escrito este poema sobre aquel hecho casual.

Para el niño que mira enérgico nuestras palabras,
a sus ganas por sentirse parte de ellas,
a los versos que busca en nuestras bocas,
a él le dedicamos un camino de estrellas,
un deseo que lo cumpla todo,
una sonrisa que ilumine sus mejillas.
Porque a él le debemos esto,
lo que fuimos, y seremos
en tardes como esta, cuando
un niño enérgico se sienta a nuestro lado,
y se para a mirar nuestras palabras,
de nuevo,
somos.

Y qué queremos decirle con esto, se preguntarán ustedes. Queremos decirles que la poesía no es algo inmutable e inerte, es puro sentimiento presente en nuestras vidas, tanto como el aire que respiramos. Para quien la vive, la poesía camina con él durante todo el día desde la sonrisa de la chiquilla que nos encontramos al salir cada mañana a comprar el pan hasta en la mirada de odio eterno que le dedicamos al vecino de 5º, por tenérsela jurada.

Es  por lo que queremos haceros partícipe de ella, al igual que hace apenas unas semanas lo hicimos con aquel niño.

Discrepando totalmente con generaciones anteriores que afirmaban que el arte, en concreto la poesía, era algo sin trascendencia alguna; con una única finalidad, el entretenimiento. Defendemos que la poesía no es algo inútil y si la cultivamos no es por el simple hecho de que nos divirtamos escribiendo, que nos divertimos. Si leemos, si estudiamos, si escribimos, si en definitiva, vivimos la poesía es porque forma parte de nuestras vida la llevamos dentro de nosotros y la consideramos indispensable para el día a día.

Además, ser poeta, lleva en sí una carga añadida. La carga de la responsabilidad ante tus palabras, que en definitiva conforman la realidad propia. En cada verso, en cada palabra, en cada signo de puntuación, desechando los recursos estéticos, se encuentra el contenido profundo, que el poeta, intencionadamente ha colocado en el lugar oportuno para enseñarnos algo que sólo él quiere que veamos, su verdadera realidad. No se trata solamente de crear belleza, se trata de difundir una visión, una enseñanza para que sea tenida en cuenta en situaciones distintas pero a su vez iguales.

Porque realidades, no se engañen, solo hay una; una aunque disfrazadas con distintas formas. Si preguntamos a un físico sobre su concepto de realidad nos responderá que son las fuerzas, si preguntamos a un químico nos responderá que son compuestos, si le preguntamos a un matemático nos responderá que es la propia matemática, pero nosotros, os decimos os podemos asegurar que la única realidad existente es la poesía. Ya que la raíz de todo poema, es un acto, sentimiento previo necesario para materializarse en dicha forma, un suceso ocurrido en la vida real, lejos de abstracciones, en cierta medida absurdas, que deshumanizan al resto de las disciplinas.

Vivo, a pesar de todo.

Cien años de Miguel Hernández.
Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.
Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.
No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!

De musas y bombines.

Cuando aun soñaba, soñe que viajaba por distintas pieles, por distintos lugares, por distintos nombres; y no estaba soñando, sino despierto. La vieja aguja pinchaba una y otra vez la voz, ya cascada, de un pirata cojo que con parche en el ojo me enseñó a giñar el ojo malo al destino. Y es que tarde en guiñar, lo admito, pero cuando lo hize lo hize mal y no por falta de un buen maestro, sino por la falta de aquel punto canalla que nunca tuve. Las derrotas no eran amargas, sino agridulces ,pues siempre llegaba la noche con su voz casi apagada consolando espejismos de la almohada. Mas tarde cuando fueron amargas, mis compañeros, sus compañeros, nuestros eternos compañeros nos ayudaban a pasar la noche cantandole a la luna.

Mas me empeñé a iniciarme en el noble oficio de juglar que desde la más tierna infancia mamé en sus acordes, robándo algún que otro verso; el mismo verso en palabras distintas. Y aprendí que los versos son desconsolados y sus dueños los tristes y sus musas…hay sus musas. Llegaban para no volver, volvían para no llegar una, y otra vez. Por más que lo intentaba, corrían más que yo, y cuando lograba ponerme a su altura me daban un revés que me sentaban de culo en el suelo de la mañana, áspero y frío. Y sin embargo…no me daba por vencido.

No me quejo, pudo ser peor. Puede que el desdén que impregno siempre nuestras vidas causase ese enigmático caracter derrotado del cual nunca pudimos desprendermos. Pero en el fondo nos gustaba, porque solo él es capaz de enseñarte a encarrilar versos uno detrás de otro y nos dieron las diez o mejor aun las seis de la mañana.

Y si amanece por fin cuelgo mi bastón y mi bombín, yo te saludo Joaquín, y me voy a la cama hasta la próxima madrugada.

¿ Y por qué os cuento esto? Porque las musas últimamente andan de vacaciones y yo, que también ando (de vacaciones dicen), necesitaba escribir algo.

Limpiando el polvo.

La memoria de nuestros mayores es un legado que nunca, jamás bajo ningún precepto devería caer en el olvido. Por este mismo motivo, aprobecho cada instante con personas mayores para empaparme de sus conocimientos color sepia, cuarteados por el paso del tiempo y que a veces les cuesta recordar  titubeando al contarlo.

Me encanta su sonrisa que deja entrever al observador atento, una cierta melancolia por un tiempo pasado quizás de peores circustancias económico-políticas pero sin duda mejor en otros aspectos como la amistad y diversión.

Como muestra de esto que os digo, dejo aquí una coplilla.

Estas coplillas relatan hechos reales, en forma de poesía popular de gran dinamismo que así, dejadme que os diga, da gusto escuchar las historias que un día sucedieron a nuestros abuelos en cualquier lugar lejano de principios de siglo XX.

Una muchacha doncella

Hija de familia rica

Su novio la abandonó

Cuando la ha dejó en cinta.

Al enterarse los padres

De la manera que estaba

La querido dar la muerte

Y de su casa arrojarla.

Habérsela pobrecita

En aquella su situación

Delante de aquellos padres,

De rodillas de hincó.

Adiós padre adiós madre,

Adiós para siempre adiós.

Yo me marcho de la casa

Pero olvidarlos, no.

Desde allí se dirigió

A casa de una tía suya

Lo cual la recibió

Como si fuera hija suya.

Allí nada le faltaba

Y siempre estaba llorando,

Pensando en el porvenir

Que se le venía acercando.

A los nueve mese justos,

Tuvo un niño como el sol

Ella sola lo cuidaba,

Por no descubrir su honor.

Cuatro meses tenía el niño

Todavía  y todavía no era cristiano

Por no descubrir su honor

No lo habían bautizado.

Ella pensó de mandarle

Una postal a su novio,

Que acudiera a una cita

Que se hallaran los dos solos.

Rogelio acudió a la cita

Que Carmela le mandaba

Encontrándose a Carmela

Sobre un árbol recostada.

Con la sonrisa en los labios

Dice Carmela, soy yo.

-Acércate y verás

El hijo de nuestro honor.

Rogelio se acercó al árbol

Dándole besos al niño

En los besos le decía

Que desgraciado has nacido.

-Rogelio no digas eso

No maldigas a tu hijo

¿No te acuerdas los dos solos

El juramento que hicimos?

La noche que me perdiste

Tuviste la sangre fría

De decirle a tus amigos:

Tengo a mi novia perdida.

Las palabras que me has dado

Todas te han salido en vano

Tú te marchas con tu hijo

Y yo me lavo las manos.

Carmela al oír eso

Carmela disparó un tiro

Rogelio quedó en el alto,

Y ella marchó con su hijo.

Saeta.

Llámenme paranoico, tiquismiqui o como a ustedes primero se le vengan a la cabeza. La cuestión es que hoy estaba yo tomándome un cacharrito (que es lo mío) cuando escuchaba por plena Calle Real: Saeta. No se si es problema de comprensión colectiva u otra cosa más grave que no alcanzo diagnosticar pero… ¿por qué hacen de «Saeta» de Antonio Machado una marcha de semana santa, siendo esta misma una crítica?

¿Quién me presta una escalera,

para subir al madero,

para quitarle los clavos

a Jesús el Nazareno?

Saeta Popular

¡Oh, la saeta, el cantar

al Cristo de los gitanos,

siempre con sangre en las manos,

siempre por desenclavar!

¡Cantar del pueblo andaluz,

que todas las primaveras

anda pidiendo escaleras

para subir a la cruz!

¡Cantar de la tierra mía

que echa flores

al Jesús de la agonía,

y es la fe de mis mayores!

¡Oh, no eres tú mi cantar!

¡No puedo cantar ni quiero

a ese Jesús del madero,

sino al que anduvo en el mar!

Si tras leer el poema no se ha dado cuenta, fíjese en la negrita e interprete usted mismo lo que quiere decir. ¿No es una crítica? Sí, es una critica y luego vienen haciendo de este poema un himno de la semana santa, no se con qué criterio.

Otra cosa que me ha erizado los vellos, es la convicción del hombre cuando cree en algo aunque esto mismo resulte falso. Hasta el día de hoy, yo, vía a los costaleros como grupos de amigos que se reunían a pasarlo bien e hincharse de cerveza tras la procesión. Pero no, hoy por fin, creo que va más allá. Son hombres, que aunque alardeen a lo largo del año ser ateos radicales, durante un día todos los años cargan en su cuello con 60kg durante 7horas segidas paseando a su «Esperanza», «Nazareno»… se besan antes de ocupar su trabajadera, y lloran como magdalenas cuando acaba, otro año mas, el ritual. Un arma de doble filo que demuestra que cuando el hombre cree en algo es capaz de hacer lo que le venga en gana, siendo esto un arma de doble filo pues los fines, no es en este caso, pueden ser nada menos que catastróficos.

Mientras tanto…!Qué suene Saeta, Antonio¡

If Joaquín Sabina.

Si cundieran
los milagros, si no tuvieran
alergia a la primavera
las amapolas,
si pudiera,
ángel travieso,
bucear
por los sótanos de un mar
preso
en una caracola,
si no viajara
tan sola
la luna
que se dispara,
tan hambruna
y tan despacio
por el espacio,
si se muriera
la muerte en un accidente
de carretera,
si tremolara
desde el palacio de Oriente
la bandera
tricolor de la tercera
república en el balcón,
si sirviera
esta canción
para que tú me absolvieras,
si no me doliera
tanto el corazón…

Uno de los mejores poemas del MAESTRO publicado en Marzo del mes pasado en la revista Interviú, como «Dios» manda !entre un par de tetas!

Literatura: Generación del 27

Aquí les presentamos, en la sección de bilbioteca de Blog Vegas, una serie de apuntes y recursos para poder aprender sobre literatura. Hoy nos centraremos, entre algunas cosas, en la generación del 27.

Poemas

Alberti I

Alberti II

Lorca

Salinas

Comentarios a los poemas

Resúmenes

Resumen Generación del 27; Página 2

Resumen Federico García Lorca; Página 2

Resumen Rafael Alberti

Resumen Pedro Salinas

Los no-conocidos.

Hoy me he vuelto a perder en el inmenso jardín de mis libros y ojeando uno de ellos me ha envuelto una agridulce melancolía.

En el último apartado de mi estantería, el más alto donde tengo a los poetas, elegí uno de mis libros favoritos de poesía Libro de oro de la poesía en lengua castellana pero en lugar de buscar ,entre su mas de 900 páginas, a los grandes (Quevedo, Lope, Garcilaso, Darío, Machado, Lorca…) decidí sumergirme en el mundo de los no-conocidos.

Los no-conocidos son aquellos poetas que pasan sin un nombre a la historia, aquellos de quién nadie nunca ha oido hablar. Pero sin embargo un soneto suyo puede confundirse a veces con uno del mismísimo Góngora. Cada vez soy mas adicto a estos no-conocidos, empezé a leerlos un poco por curiosidad, por ellos mismos. Pensaba en las horas que  habrían estado perfeccionando cada punto, cada coma del poema para conseguir lo que querían trasmitir, la ilusión con la que estos no-conocidos leyeron el poema recién acabado pensando que alguien algún día, los leyera y su nombre quedase escrito junto a los maestros del oficio. 

Dos de estos no-conocidos me han enamorado de su pluma, por estas delicias:

Metamorfósis.

Era un cautivo beso enamorado
de una mano de nieve, que tenía
la apariencia de un lirio desmayado
y el palpitar de un ave en la agonía.

       Y sucedió que un día,
        aquella mano suave
        de palidez de cirio,
        de languidez de lirio,
        de palpitar de ave,
se acercó tanto a la prisión del beso,
que ya no pudo más el pobre preso
y se escapó; mas, con voluble giro,
huyó la mano hasta el confín lejano,
y el beso que volaba tras la mano,
rompiendo el aire, se volvió suspiro.

Este madrigal romántico pertenece al poeta mexicano Luís Gonzaga Urbina, que pese a ser uno de los grandes de México de poco puede ser familiar el nombre a cualquiera que no tenga conocimientos avanzados de literatura.

Nace el sol derramando su hermosura,
pero pronto en el mar busca el reposo,
¡oh condición instable de lo hermoso,
que en el cielo también tan poco dura!

Llega el estío, y el cristal apura
del arroyo que corre presuroso;
mas, ¿qué mucho, si el tiempo, codicioso
de sí mismo, tampoco se asegura?

Que hoy eres sol, cristal, ángel, aurora,
ni lo disputo, niego, ni lo extño;
mas poco ha de durarte, bella Flora;

que el tiempo, con su curso y con su engaño,
ha de trocar la luz que hoy te adora
en sombras, en horror y en desengaño.

Este soneto pertenece a Diego de Torres Villarroel, otro nombre perdidos entre los años. Pero si me impresiona este poema es por algo, no sé si tendrá algo que ver o no pero ¿no tiene un inmenso parecido con éste otro de Góngora? casualidad o no, si es cierto que era un aférrimo admirador de Quevedo, por lo que dudo que sea precisamente el cordobés fuente de su inspiración. En todo caso, sobresaliente.

  Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

  mientras a cada labio, por cogello.                   5
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:

  goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada                  10
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

  no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
                                                                                                         Góngora.

Seguro que tras estos no-conocidos, habite la esperanza de un joven poeta que aspira a dormitar algún día entre las miles de páginas de una antología poética, aunque solo sea un no-conocido. Psametiko.

Antonio Machado 1875-1939

Tal día como hoy, 22 de febrero de 2010, hace 71 en la frontera franco-española en un pueblecito llamado Coillure, muere Antonio machado.

Antonio Machado (1875-1939)

No cabe duda que es uno de los últimos grandes poetas de la literatura universal.

Según las palabras del propio poeta «Nací en Sevilla una tarde de julio de 1875, en el célebre palacio de las Dueñas, sito la calle del mismo nombre. Mis recuerdos de la ciudad natal son todos infantiles, porque a los ocho años pasé a Madrid, adonde mis padres se trasladaron, y me eduqué en la Institución Libre de Enseñanza. A mis maestros guardo vivo afecto y profunda gratitud. Mi adolescencia y mi juventud son madrileñas. He viajado algo por Francia y por España. En 1907 obtuve la cátedra de Lengua Francesa, que profesé durante cinco años en Soria. Allí me casé; allí murió mi esposa, cuyo recuerdo me acompaña siempre. Me trasladé a Baeza, donde hoy resido. Mis aficciones son pasear y leer.» Hay que destacar que poco tiempo después cursó Filosofía y Letras.

Para Machado » No hay poesía sin ideas, sin visiones de lo esencial y de inquietud, angustia, temores, resignación, impaciencia que el poeta canta, son signos del tiempo y, al par, revelaciones del ser en la conciencia humana».

Como todos los grandes genios, le atormentó el tiempo en el que vivió. Él mismo no sabía definirse «¿Qué soy clásico o romántico?», criticó a esa España (que aún hoy perdura) de boina y gallina bajo el brazo preocupada por aparentar y no se ser «[…]guarda su presa y llora la que el vecino alcanza;// ni para su infortunio ni goza su riqueza;// le hieren y acongojan fortuna y malandanza[…]» una  España basada en la picaresca y caricatura, sufrió por la muerte de una esposa a temprana edad y vivió en sus propias carnes una guerra de cobardes que puso punto y final a su vida tal día como hoy de 1939 encontrándolo «[…]a bordo ligero de equipaje,// casi desnudo, como los hijos de la mar.»

Descánse en paz, maestro.